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El año Greco llega a Cuenca de la mano del Museo Diocesano
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El año Greco llega a Cuenca de la mano del Museo Diocesano

Por Redacción
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jueves 23 de octubre de 2014, 23:59h

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El Museo Diocesano de Cuenca acogía esta mañana de jueves la inauguración de la exposición temporal “El Greco en el Laberinto. Escenas de la Pasión” organizada por el Obispado de Cuenca  en colaboración con la universidad regional. Esta exposición se encuentra fuera de los actos programados por la Fundación El Greco 2014.

El acto de la inauguración conto con la presencia de José María Yanguas, Obispo de Cuenca; Miguel Ángel Collado, Rector de la UCLM; Vicente Malabia, Comisario y Director del Museo Diocesano; Pedro Miguel Ibáñez, Comisario de la Exposición entro otras muchas personalidades.

 

El concepto de la exposición gira en torno a los dos lienzos del Greco que alberga el Museo Diocesano: La oración en el huerto y Cristo con la cruz y donde la condición de Cuenca como Patrimonio de la Humanidad, su riqueza artística y, sobre todo, la existencia de cuadros del Greco en su Museo Diocesano, parecen generar la obligación moral de que esta ciudad no quede completamente al margen de las numerosas actividades programadas en el presente año 2014, de exaltación del gran pintor cretense. La colaboración entre la Universidad de Castilla-La Mancha, a través de su Vicerrectorado de Cultura y Extensión Universitaria, y el Obispado de Cuenca, lo ha hecho posible. Ningún lugar mejor que el propio museo para albergar la muestra que, con un carácter únicamente pictórico, cuenta con obras pertenecientes al propio museo y con otras de variada procedencia. El Museo Diocesano se encuentra alojado desde 1983 en el denominado Cuarto de San Julián, una serie de dependencias del palacio episcopal de dicha ciudad, en el ala que da a la hoz del río Huécar. En sus tres plantas, que definen un pequeño laberinto con sugestivos escenarios expositivos, se aloja una importante colección de obras de arte provenientes de la catedral y de diversas poblaciones de la diócesis. En las profundidades del laberinto, donde los griegos se encuentran, las pinturas del gran maestro cretense conviven con el valiosísimo Díptico-relicario bizantino de los déspotas de Épiro, que remite a su origen mismo.

El concepto de la exposición gira en torno a los dos lienzos del Greco que alberga el Museo Diocesano: La oración en el huerto y Cristo con la cruz.

Resulta llamativo pensar que el gran maestro cretense podía haber trabajado en Cuenca al igual que laboró en Toledo y en otras poblaciones, si tenemos presente que uno de sus máximos valedores, el toledano don Luis de Castilla, fue arcediano de Cuenca durante muchos años. Pero lo cierto es que Castilla nunca le encargó obras para esta ciudad. De tal manera, los cuadros mencionados resultan extraños al devenir de la pintura local, y la necesaria armonización con las otras obras que forman parte de la muestra debe sustentarse en otros argumentos.

La conexión indirecta con El Greco, de carácter biográfico-laboral, a través del pintor conquense Martín Gómez el Joven, sí puede constituir uno de esos argumentos. Martín, perteneciente a la más fértil dinastía artística conquense de todos los tiempos, tasó en 1607 en Illescas el retablo que había pintado el cretense para el hospital de la Caridad de dicha villa. En el contexto de un largo pleito entre el hospital y el maestro por el justiprecio del altar, con valoraciones anteriores rechazadas, la estimación de Gómez no devino favorable para El Greco. Por muy modesto artesano del pincel que fuera Martín Gómez el Joven, resulta de interés historiográfico contrastar las obras de ambos en un mismo ámbito expositivo, superando los reiterados y estériles denuestos sobre la mediocridad del tasador, y abrir una puerta al conocimiento de una parcela habitualmente ignorada. Saber, en suma, de dónde venía Martín Gómez el Joven, cuáles eran sus fundamentos estéticos y las razones por las que fue nombrado tasador del Greco. Con algunas obras atribuidas a este pintor, se exponen otras pertenecientes al linaje artístico de los Gómez de Cuenca: su abuelo Martín Gómez el Viejo, su padre Gonzalo Gómez, y su hermano Juan Gómez. Podemos mencionar, entre otras, las cinco tablas del retablo de Santa Lucía de Alarcón, la Imposi- ción de la casulla a San Ildefonso de Palomares del Campo, Jesús con la cruz a cuestas de Albalate de las

Nogueras, Presentación del Niño en el Templo del Museo Diocesano, Martirio de San Juan Evangelista del palacio episcopal y La Natividad del Museo Diocesano.

Además de las piezas tocantes a los objetivos antedichos, se exponen una serie de pinturas del patrimonio diocesano conquense dedicadas a la Pasión de Cristo, como contraste y acompañamiento de los cuadros del Greco. Pueden contemplarse, junto a otras, las siguientes: La oración en el huerto del Depósito diocesano, Calvario atribuido a Gerard David del Museo Diocesano, Camino del Calvario del convento de las Concepcionistas Franciscanas de Cuenca, Calvario del monasterio de Uclés y Cristo con la cruz del Museo Diocesano. Al tratarse de un museo relativamente pequeño, la idea es que participen en la exposición prácticamente todos los ámbitos del mismo. Las obras pertenecientes al museo que se integran en la muestra permanecen en sus ubicaciones específicas, señaladas por las cartelas que las identifican en el curso del recorrido y las unifican con el resto de las piezas. Las procedentes del exterior, quedan alojadas en las tres salas del Cuarto de San Julián propiamente dicho: el antiguo vestíbulo, la gran sala de aparato y la estancia colindante.

La exposición estará en el Museo Diocesano hasta el 12 de abril de 2015 y los horarios de visita son de martes a sábado 10,00 a 14,00 y de 16,00 20 y domingos y festivos  de 11 a 14.

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