Este año la batalla ha sido muy dura y el desenlace no fue el que le hubiera gustado al alpinista conquense. El mal tiempo hizo su entrada demasiado pronto. Los días transcurrían bajo la nieve, y aunque iba avanzando como podía, la ascensión era lenta y las provisiones se iban agotando. Después de diez días malos y sólo con dos días de buen tiempo decidió partir a por la cumbre en estilo alpino, casi sin comida y con lo justo en un ataque extenuante. La cumbre estaba tan cerca y a la vez tan lejos.
La altitud, el frío y la falta de comida le acompañaron en la última batalla, finalmente no pudo ser, a tan solo dos largos de cumbre y con mal tiempo de nuevo se tuvo que bajar.
Pedro Cifuentes se esta recuperando de esta dura experiencia, tanto física como mentalmente, 18 días en la pared pasan factura. La lucha ha sido grande