En Cuenca, este verano, los pueblos de Beteta, Carrascosa de la Sierra, Santa María del Val, Lagunaseca, Masegosa, Valsalobre, Cueva del Hierro y El Tobar, cuando se enteraron que el obispo, D. José María Yanguas, había decidido trasladar al cura párroco se movilizaron en un intento de parar el traslado: Recogieron más firmas que feligreses habituales tienen las parroquias e incluso consiguieron que sus alcaldes, cuyo mandato no abarca lo religioso, fueran a quejarse al obispo.
El sacerdote, cuyo primer destino, creo, fueron estos pueblos, desde su humilde pastorado se ha convertido en un referente valioso para los vecinos de la tierra de Beteta. Yo mismo, que soy de pocas misas, reconozco sus muchos valores.
No sé si el Papa Francisco tiene doctrina sobre esto, pero no me cabe duda de que, si le preguntaran, respondería que el pastor se debe a su rebaño y no al revés.
Joaquín Esteban Cava