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No son errores, es estrategia

Por Redacción
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localcuencanewses/5/5/16
miércoles 11 de enero de 2017, 23:16h

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A veces hay que dejar unos días, unas semanas, antes de escribir sobre temas concretos y, sobre todo, organizar despacio los pensamientos que le llegan a uno a la cabeza. Todo esto a cuenta de las diversas declaraciones que tuvimos que leer tras el atentado de Alemania y que, por desgracia, es un algo que, aunque no hagamos ahora memoria de lo leído y escuchado en esta u otras situaciones, se repite. Las últimas, y a las que se hace referencia, podrían ser las de Dolores Merino (concejala del PP en el Ayto. de Ciudad Real que vinculó refugiados y dichos atentados) o Andrea Levy (Vicesecretaria de Estudios y Programas del PP y que criminalizó a toda la civilización islámica). Pero podríamos mencionar otras de Xavier García Albiol, Mario de la Fuente, etc…

 

Seré muy franco y directo, a sabiendas de que mi afirmación es discutible y tenga matices y excepciones –que deseo que sean muchísimas.- Creo, sinceramente, que estas intervenciones no son “un pequeño error” (como calificaba el diputado regional del PP en Castilla-La Mancha, Lorenzo Robisco, al tweet de Lola Merino que da pie a este artículo), sino que existe una estrategia premeditada para avanzar en la imposición de un modelo de sociedad. Para quienes crean que la afirmación es demasiado dura les invito a pensar que podrían existir situaciones peores –y justo al revés que las excepciones espero que sean las menos- donde no respondan a una estrategia sino que sea, simple y llanamente, lo que piensa quien hace esas valoraciones. Como digo, quiero pensar que son las menos de las veces.

 

Y es que una idea repetida, aunque sea falsa o una burda tergiversación de la verdad, termina calando. Decir que “el 80% de los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas –hombres- las cometen extranjeros” –creo que el elemento en cuestión especificaba incluso un país concreto- es mentira. Que se colapsa la sanidad por culpa de las personas migrantes o que “viven de las prestaciones sociales” –Javier Maroto dixit- es absolutamente falso (incluso podríamos añadir qué sería de nuestras pensiones y sanidad sin el aporte migratorio que hemos tenido en las últimas dos décadas)

 

Se trata de llegar a la idea general de que la uniformidad es buena para una sociedad. Que existen unos míos y otros que no son míos y que, obviamente, yo quiero estar con los que piensan como yo. Con los que piensan una sola cosa, de manera uniforme. Es el avance del pensamiento único trasladado a la sociedad y que ya tiene buenos resultados en otros ámbitos como el económico. Quién no ha escuchado alguna vez, en relación con la economía, que “estas medidas son las sensatas” o “esto es que es así, lo entiende todo el mundo” buscando, como no, eliminar cualquier deserción, en este caso, en el pensamiento neoliberal que tantos beneficios reporta a unos y tanta miseria a otros. Se busca unificar criterios que se presume están por encima del día a día que la realidad de la sociedad nos ofrece. Darle a la gente problemas más importantes: unidad del territorio, defensa de los valores “correctos” y superiores al individuo… batallas del tu contra mí y de civilizaciones que parecían olvidadas.

 

En realidad no es así. El Islam, por continuar con los ejemplos que exponíamos –aunque reitero que no únicos- no es, bajo ningún concepto, “una civilización que quiere imponer sus valores mediante el terror” El terror, que existe, por desgracia es un común denominador de casi todas las civilizaciones y, además, es sufrido en todas ellas por las mismas personas: la gente, la ciudadanía o los trabajadores y trabajadoras. Quienes trabajan aquí o allí, y tengo que decir que van ganando, por imponer esta idea única de confrontación, aislamiento y victoria frente al diferente, no sufren ni los atentados, ni las mareas que hunden las pateras, ni la guerra cruel e injustificada, ni el hambre, ni las enfermedades que causa la pobreza, ni los tiroteos indiscriminados…

 

Las personas, la sociedad en su conjunto, debe ser exigente en las valoraciones y declaraciones que consume –sea por el medio que sea- sobre los distintos temas. Debemos huir, y a veces no es sencillo, de simplificaciones que nos hacen unir ideas que son absolutamente falsas y, además, ser consecuentes e intentar desmontar ese “caparazón”, duro y muy bien asentado, que hace que nos quedemos en la superficie y no veamos los problemas reales que existen y que, estoy convencido, no giran en torno a un supuesto intento de ataque exterior contra nuestra civilización, costumbres o principios.

 

Por cierto, y para concluir, fíjense en qué partido es el que dice representar “lo que todos pensamos”, “lo sensato”, “lo de toda la vida”, la defensa del nosotros contra el otro –sea este de dentro o de fuera- de la España unida o del corrupto sistema económico y financiero actual. Quizás por eso es el mismo que lanza esos mensajes.

 

 

Jacobo Medianero
Coordinador Provincial de IU Cuenca

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