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Si Sísifo levantara la cabeza

Por Redacción
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localcuencanewses/5/5/16
domingo 08 de mayo de 2016, 23:37h

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Imaginen dos personas con una misma tarea: construir, siguiendo un sencillo modelo, un juguete de Lego (http://www.lego.com/es-es/bionicle). Tras realizarlo, y recibir una módica compensación económica por el esfuerzo, a los dos se les da la posibilidad de repetir la actividad, eso sí, bajando un poco más la recompensa final. Así indefinidamente hasta que uno de los dos participantes muestre su deseo de abandonar la prueba. La única diferencia entre ambos radica en que mientras a uno le conservan las piezas montadas, formando una curiosa colección, al otro siempre le destruyen el modelo antes de comenzar con el siguiente. El primero, por norma, terminará haciendo más figuritas que el segundo.

 

Repitiendo este experimento -y otros- con más sujetos, el equipo capitaneado por el investigador Dan Ariely llegó a la conclusión de que la simple valoración de la tarea realizada hace que las personas aumentemos o disminuyamos la probabilidad de repetir la conducta por un motivo muy sencillo: le encontramos sentido. No es extraño, por tanto, que cuando alguien ignora o menosprecia lo que a nosotros nos puede haber costado más o menos esfuerzo, internamente pensemos que a la próxima será Rita la que se ponga manos a la obra.

Relacionemos todo con el Rey Sísifo, condenado eternamente a llevar una gran piedra montaña arriba para que, alcanzada la cumbre, rodara hasta el principio de nuevo; él entendería a la perfección por qué muchos de los que votaron en las últimas elecciones están precisamente cuadrando sus horarios para que en la próxima cita electoral vaya la tía de alguien a meter la papeleta en la urna. Nada personal. Simplemente se sentirían como quien pasa un flamante, trabajoso y recién escrito informe por la trituradora de papel, sin que nadie le echara ni una leve mirada. Con o sin ilusión por haber dado su opinión en diciembre, la mala praxis de los de siempre -pues hasta los nuevos ya huelen a viejo- provoca un ardor de conciencias difícil de aplacar con más democracia.

Para más escarnio, es precisamente este razonamiento, propio de personas inquietas e inconformistas, el que bien pudiera consolidar el triunfo de los que, desde un dontancredismo tan anacrónico como eficaz, ven pasar al pobre Sísifo una y otra vez, ciego por la misma piedra que empuja. Si Sísifo levantara la cabeza más allá del pedrusco, más allá de sus narices y de sus escaños, quizá viera la imbecilidad del resto de pardillos que, como él, se empecinan en llevar piedras por su cuenta a ninguna parte.

 

José Luis González Geraldo
https://www.facebook.com/joseluis.ggeraldo

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