Hemos visto como estos últimos días nos apretaban el cinturón desde la Unión Europea forzándonos a realizar unos presupuestos haciéndonos tener en cuenta un déficit de 5,3% sobre el PIB, en contra a lo previsto de 5,8% sobre el PIB. Esto es una noticia menos buena que mala, buena en que nos resultará más fácil conseguir el 3% de déficit pactado para 2013, y malo en que resultará más complicado a España en lo que a medidas de ajuste se refiere.
Para poder conseguir los objetivos, teniendo en cuenta que el Reino de España está sumido en una gran crisis sin precedentes, hay que tomar medidas tajantes radicalmente diferentes a lo que actualmente existe, porque si algo hay claro es que lo que existía no funcionaba.
Para poder salir de esta situación con fuerza, y lo que es más importante, con unos cimientos firmes que nos permitan construir un futuro más alentador, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
1- Optimización del gasto público:
El Estado no se puede permitir no ser eficiente en la utilización del dinero de los contribuyentes. Una forma de ayudar es eliminando todas las duplicidades que no aporten productividad alguna, garantizando que no se den vacíos en los servicios, y que por tanto los diferentes puestos sigan bien cubiertos. Esto a corto plazo puede suponer un incremento de tasa de paro, pero a la larga todo ello supondrá una disminución de gasto público y ayudará para un mayor control del déficit. No podemos seguir engañándonos viendo lo innecesario como necesario.
2- Economías de escala:
En España existen varias autonomías que son poseedoras de diversas competencias en las que el Gobierno central solo tiene competencias básicas. Una forma de disminuir algunos gastos fomentados por dichas competencias sería agrupándolos y coordinarlos para que al unirlos el coste sea menor. Ejemplo claro es: Ponerse de acuerdo en la compra de medicinas por parte de todas las Comunidades para que el importe sea menor al comprar mayor cantidad.
Esto supone al fin y al cabo una reestructuración de las competencias autonómicas con el objetivo de obtener una mayor eficiencia y una notable reducción de gastos superfluos
3- Aumentar la productividad y competitividad:
Debemos conseguir ser más productivos e intentar obtener una misma producción con el mínimo incremento de gasto fijo posible. Es cierto que la producción no soluciona nada si no hay alguien que consuma esos productos, por lo que se necesita de la competitividad para que producir sea rentable.
Cuando aumentamos la producción y no se consume se generará un stock, del cual se derivarán unos gastos financieros al estar inmovilizado, que harán que el PIB no se vea afectado. Por todo ello el objetivo es ser más competitivos y poder exportar productos, de esa manera se aminorará los gastos financieros al no generarse tanto stock y permitirá que la producción y el PIB aumenten conjuntamente.
En resumen, debemos ser más productivos pero siendo más competitivos. De nada sirve producir si no se tiene mercado donde vender, y ese mercado se consigue siendo competitivo con unos precios a la altura de los del resto de países que exporten.
Estas tres ideas pueden tener las claves del despegue de la economía nacional, pero alguna de ella no es de fácil aplicación. Debemos tener en cuenta que su implantación es necesaria ya que todos los puntos anteriores redundan en un ahorro de lo innecesario y en ingresos de lo que es posible.
Para finalizar es interesante plantear la siguiente pregunta:
¿Cómo estaríamos ahora si esto se hubiera promovido a su debido tiempo?, es decir, en tiempos de bonanza en los que no había restricción económica alguna.
No se puede saber la respuesta exacta pero a buen seguro estaríamos recogiendo los frutos ahora y el impacto de la crisis hubiera sido mucho menor, ya que si de algo hay que estar seguro es que estas tres ideas forman parte de las bases que necesita un país para crecer de forma neta, es decir, crecer sin posteriormente decrecer.
Vidal Gascón Culebras
Si (
No(
