La Procesión del Hosanna abrió este domingo la Semana de Pasión en Cuenca, dando inicio a los actos procesionales con un cortejo marcado por su carácter alegre y festivo, en contraste con la sobriedad que domina el resto de la Semana Santa conquense.
Miles de personas se congregaron en las calles del casco histórico para acompañar a las imágenes de Jesús entrando en Jerusalén, popularmente conocida como La Borriquilla, y Nuestra Señora de la Esperanza. En esta jornada, los niños y sus palmas fueron los verdaderos protagonistas, en un día nublado y frío a primera hora de la mañana y en el que, pese a las previsiones, el tiempo respetó.
A las 9:30 de la mañana, y bajo un cielo encapotado, los hermanos mayores de la Venerable Hermandad de Jesús entrando en Jerusalén y Nuestra Señora de la Esperanza llamaban a las puertas de la iglesia de San Andrés, marcando así el solemne comienzo de la Semana Santa conquense.
Las imágenes iniciaron su recorrido descendiendo por la calle Solera hasta alcanzar la Puerta de Valencia. Desde allí, la procesión avanzó por las céntricas calles de Carretería y Calderón de la Barca, cruzando el Puente de la Trinidad y siguiendo por Palafox y la Puerta de San Juan hasta llegar a la iglesia de San Felipe. En este punto aguardaban ya miles de personas, así como las autoridades municipales, miembros del Cabildo de la Catedral y el obispo de Cuenca, que presidió la tradicional bendición de palmas, entre una multitud que agitaba con fervor sus ramos.
Tras la bendición, la procesión continuó su marcha hacia la Plaza Mayor, donde al llegar a los arcos del Ayuntamiento fue recibida con una lluvia de pétalos rojos y amarillos, en uno de los momentos más emotivos del recorrido.
El desfile concluyó con la entrada de los pasos en la Catedral, donde se celebró la Misa Estacional presidida por el obispo, dando así inicio oficial a la Semana Santa de Cuenca 2025.