El grupo ofreció un viaje sonoro por la península ibérica a través de la música tradicional, combinando panderetas, violín, guitarra, bajo, voces y percusiones ancestrales, y demostrando que el folk es mucho más que herencia: es presente, resistencia y memoria.
Sin embargo, la velada tuvo un matiz especial. Los integrantes del grupo lucieron camisetas en apoyo a Palestina, y en varios momentos se escucharon entre el público cánticos de “¡Viva Palestina libre!”, un gesto que transformó el concierto en un acto de solidaridad, denuncia y compromiso.
La actuación de Collado Project recordó que la música popular funciona como un altavoz de los pueblos y un refugio para sus luchas, mostrando que la tradición no es un museo, sino un río vivo que conecta dolores, esperanzas y dignidad.