Abrió plaza un colorado que metió la cara abajo y hasta el final ya en el capote de Talavante, pero de fuelle anduvo justo, por lo que después del encuentro con el caballo empezó a defenderse punteando los engaños.
El de El Pilar quiso más que pudo, y el extremeño, sobrado, hilvanó una faena compuesta, sin excesivos aspavientos y con más altura al natural. La mala colocación de la espada enfrió la posible petición de oreja.
Frente al descompuesto cuarto -que por momentos también hizo el avión cuando se le condujo por abajo- el trasteo de Talavante resultó deslavazado y sin armazón.
El segundo tuvo sus cosas. Mirón y venciéndose hacia el torero, además de embistiendo a media altura, no facilitó el concepto artista de Juan Ortega. Sin embargo el sevillano se puso muy de verdad, pasándoselo cerca, dándole su tiempo entre pase y pase para ordenar un tanto las acometidas algo descompuestas del de El Pilar. No fue una faena deslumbrante pero sí con contenido, y más tratándose de un torero del corte de Ortega.
Como lo tuvo lo realizado frente al rabioso quinto, con el que se jugó la voltereta. Tras unas abigarradas verónicas, Ortega brindó al ganadero Moisés Fraile, pero el inicio con pase cambiado con el cartucho de pescado fue lo único destacado más allá de la gran disposición mostrada por el sevillano, que de nuevo dejó una soberbia estocada al segundo viaje.
Marco Pérez pechó con un primero que acometió rebrincado. No sé arrugó el salmantino, que le dio pases de toda ralea, unos limpios y ajustados, otros sin poder sortear el derrote de su antagonista y, por tanto, tropezados. Lo que no faltó fue determinación y metraje por lograr el triunfo, que llegó en forma de una oreja, con el correspondiente aviso.
En el sexto, muy protestado por blando, Marco se obstinó en arrancar la oreja que le abría la puerta grande con un toreo dispuesto y veloz. No lo consiguió, a buen seguro por el pinchazo que precedió a la estocada definitiva.
FICHA DEL FESTEJO.
Se lidiaron seis toros de El Pilar, bien presentados. Primero de gran clase aunque medido de fuerza. Segundo falto de entrega. Tercero rebrincado. Cuarto de embestidas irregulares. Quinto con movilidad sin clase. Sexto blando, pitado en el arrastre.
Alejandro Talavante (de blanco y oro): más de media delantera y desprendida (silencio); pinchazo, pinchazo hondo y descabello (palmas).
Juan Ortega (de rosa palo y oro): pinchazo y estoconazo entero en el hoyo de las agujas (ovación con saludos); pinchazo y estocada entera arriba (ovación con saludos).
Marco Pérez, que debutaba en esta plaza (de sangre de toro y oro): pinchazo y gran estocada entera arriba (oreja tras aviso); pinchazo y estocada entera tendida arriba (ovación con saludos).
En cuadrillas, Miguel Ángel Sánchez y Perico saludaron tras banderillear al segundo.
Plaza de toros de Cuenca. Cuarto festejo de la Feria de San Julián. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada.
Julio César Sánchez