Cuenca

Cuenca vive una jornada histórica con la Procesión Magna Mariana en honor a la Virgen de las Angustias

(Foto: Sergio Valverde).
Redacción | Domingo 05 de octubre de 2025
Miles de conquenses llenaron las calles este sábado para acompañar la Procesión Magna Mariana “Sub Tuum Praesidium”, un acontecimiento único con el que la Real, Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias celebró su centenario, reuniendo once de las imágenes más emblemáticas de la Semana Santa de Cuenca en un recorrido marcado por la emoción, la fe y el fervor popular.

Las calles de Cuenca vivieron este sábado, 4 de octubre, una de esas jornadas que quedarán grabadas en la memoria colectiva de la ciudad. Bajo el amparo del lema “Sub Tuum Praesidium”, la capital conquense celebró la Procesión Magna Mariana, un acontecimiento excepcional con el que la Real, Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias conmemoró su primer siglo de vida.

Fundada en 1925, la hermandad quiso celebrar su centenario reuniendo en un mismo cortejo a algunas de las imágenes más queridas de la Semana Santa de Cuenca, en un acto que fue al mismo tiempo homenaje, oración y muestra de fe compartida. Once pasos conformaron esta procesión histórica: la Virgen de la Esperanza, la Soledad del Puente, la Virgen del Amparo, Nuestra Señora de la Amargura, la Soledad y de la Cruz, Nuestra Señora de los Dolores de la Vera Cruz, la Virgen del Sagrario, la Virgen de la Luz, la Virgen de las Angustias (de la ermita), el Cristo Descendido y la Virgen de las Angustias, patrona de la Diócesis.

A las cuatro de la tarde, el tañido de la Torre de Mangana anunciaba el inicio de una cita irrepetible. Las puertas de la antigua iglesia de San Andrés se abrieron ante una plaza abarrotada para dar comienzo al desfile, encabezado por las cruces parroquiales y la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías, junto a las imágenes de la Virgen de la Esperanza, la Soledad del Puente y la Virgen del Amparo. Desde la iglesia de El Salvador se incorporaron Nuestra Señora de la Amargura y la Virgen de la Soledad y de la Cruz. Desde distintos templos fueron uniéndose los pasos, acompañados por las bandas de Las Pedroñeras, Las Mesas y Tarancón, mientras los sones procesionales se mezclaban con el murmullo emocionado del público.

Desde el convento de las Concepcionistas, la Virgen de los Dolores de la Vera Cruz, la Virgen del Sagrario, el Cristo Descendido y la anfitriona, Nuestra Señora de las Angustias, se incorporaron al cortejo, que más tarde se completó en San Esteban con la presencia de las patronas de Cuenca y de la Diócesis: la Virgen de la Luz y Nuestra Señora de las Angustias.

El momento más solemne llegó en el Puente de la Trinidad, donde se unieron la Banda de Cornetas y Tambores de la Guardia Civil de Valdemoro y numerosas autoridades, entre ellas el presidente regional Emiliano García-Page y el alcalde Darío Dolz.

Ya de noche, y tras un ascenso lleno de emoción, las imágenes alcanzaron la Catedral de Cuenca entre el respeto, el silencio y la devoción de miles de conquenses. Una ciudad entera se rindió ante sus vírgenes, en un acto que trascendió lo religioso para convertirse en un abrazo colectivo de fe y amor a su tradición más profunda.

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