La visita contó con la presencia de la concejala de Mantenimiento Urbano, Saray Portillo; el gerente del Consorcio, Mariano Teruel; técnicos de la institución y responsables de la empresa Construcciones COBE, encargada de los trabajos.
La primera fase de las obras, valorada en 370.000 euros, incluye la reparación de grietas en techos y muros laterales, la restauración de patologías en las fachadas como fisuras, desconchados y manchas de humedad, pintura íntegra y la reconstrucción de los aleros en mal estado.
Gracias a la finalización del sellado de las grietas interiores, el templo ya está abierto al culto tras haberse cerrado temporalmente por motivos de seguridad, para evitar riesgos de desprendimiento de material de las bóvedas.
El alcalde adelantó que una segunda fase se centrará en la restauración de los frescos de la iglesia, una vez completadas las tareas de consolidación y reparación.