Con la que está cayendo... ¿luchar por la República?
Precisamente por ello. Por que quienes realmente gobiernan no son elegidos en las urnas, son grandes empresas y organismos tan poco democráticos como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. Lo que supone que los derechos sociales, económicos y políticos reconocidos en la Constitución del 78 no se cumplan. La juventud no tiene acceso a la vivienda, educación, empleo, igualdad, etcétera. El marco constitucional se presenta obsoleto y no da respuesta a los problemas actuales, habiéndose convertido en papel mojado. Por consiguiente, como jóvenes vemos necesario dar un paso adelante y proponer la III República como marco superador.
¿Pero de qué tipo de República estamos hablando?
En efecto, la monarquía y los derechos de sangre nos parecen antagónicos a la democracia. Pero vamos más allá, reivindicando un nuevo proceso constitucional que rompa con el neoliberalismo, y cuya base sea:
Una República solidaria y con justicia social: Proponemos un estado federal solidario, entendiendo que es el marco que mejor puede dar respuestas a la realidad plurinacional del estado. La conformación de los entes federados, iguales en derechos y deberes, debe ser expresión de la voluntad popular y no de arquitectura institucional.
Una República radicalmente democrática: apostamos por la Democracia Participativa como forma de gobierno, una radicalidad democrática como herramienta en la lucha contra el neoliberalismo y por la construcción del socialismo. Una Democracia Participativa basada en el empoderamiento de la ciudadanía a través de su acción directa sobre los asuntos públicos…
Una República laica: Frente a los actuales privilegios de la Iglesia Católica, defendemos una verdadera separación Estado–Iglesia, que respete la independencia y preeminencia del poder político y por tanto de lo público, frente a lo que debe ejercitarse en el ámbito privado y particular de un grupo.
Una república que luche por la paz y contra el imperialismo:
La III República debe renunciar a la guerra como instrumento de política internacional, rechazando a la organización criminal e imperialista de la OTAN, y apostando por la cooperación y la solidaridad como forma de construir un mundo más justo.
Unión de Juventudes Comunistas de España en Cuenca
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