Como marca la tradición, el tercer domingo de agosto los moteños y moteñas han devuelto a su patrona, la Antigua de Manjavacas hasta su ermita, cumpliendo así con esta festividad declarada de interés turístico nacional.
Durante toda la mañana la parroquia San Miguel Arcangel se convirtió en un hervidero de fieles que quisieron despedir a su patrona en las diferentes misas que fueron oficiadas para la despedida, la última por los anderos difuntos.
A las dos de la tarde, la virgen cruzó el atrio de la iglesia para ser llevada en procesión hasta el pocillo, acompañada por la banda de música de la Asociación Musical Moteña. Una vez allí, la imagen fue tapada con su manto y cordón para comenzar la carrera. Siete kilómetros, bajo un sol de justicia, niños, jóvenes y mayores acompañaron a la Antigua de Manjavacas hasta el hito, momento en el que fue destapada bajo los acordes del himno nacional.
Desde allí nuevamente procesionó hasta la ermita, momento en el que fue colocada nuevamente en el altar bajo los vivas y lágrimas de los allí presentes.
La jornada finalizó con la tradicional caldereta y zurra manchega que desde muy temprano prepararon los miembros de la hermandad para las autoridades y vecinos.
ISABEL ZARCO