Opinión

Palacio de Congresos en Ars Natura

Redacción | Jueves 26 de abril de 2012

España está oficialmente en recesión. Lo urgente no es necesariamente lo importante. A la perentoria consolidación fiscal debe añadirse cuanto antes una estrategia de crecimiento acompañada por el despliegue del paraguas de la protección europea sobre la deuda soberana de los países periféricos, que llevan demasiado tiempo aguantando a la intemperie el chaparrón de los mercados.





Se ha escrito mucho sobre los proyectos faraónicos que han enterrado recursos públicos en inversiones sin utilidad ni retorno económico alguno pero, al igual que el colesterol, hay una inversión pública buena y otra mala.

Se empieza a hacer un hueco en el debate la idea, muy presente en las presidenciales francesas, de lanzar una estrategia europea y nacional a favor del crecimiento.

Puede que sea ya hora de pensar la forma de poner en valor determinadas infraestructuras que son hoy una carga, por resultar fallidas en la utilidad económica o social pretendida.

Este puede ser el caso del Ars Natura en Cuenca. Una importante inversión en su construcción, unos elevados costes de mantenimiento y un débil retorno económico, por la infrautilización y por el limitado número de visitantes.

El proyecto fue un acierto en la ubicación, las vistas y la arquitectura de vanguardia, no tanto en su funcionalidad o recorrido. En este caso sería preciso realizar una inversión para la ampliación que, aunque suponga incrementar un coste ya desproporcionado, podría contribuir en última instancia a conseguir el necesario retorno económico de esa inversión.

Con solo construir un nuevo módulo, integrado en el conjunto, un auditorio con capacidad para mil personas, podríamos contar en Cuenca con un espectacular Palacio de Congresos que pondría en valor la inversión realizada, al tiempo que compartiría con Ars Natura gastos de funcionamiento e instalaciones comunes.

Esta sería a su vez una instalación que ayudaría a poner en valor, tanto la autovía como el Ave, importantísimas inversiones que se justificaban en términos de desarrollo económico de Cuenca. Los congresistas tienen ahora fácil y cómodo llegar a Cuenca, pero tendremos que darles un motivo para venir y un lugar, privilegiado en este caso, para reunirse.

 

 

Jesús Neira Guzmán