Redacción | Lunes 26 de octubre de 2020
Daniel Abreu, uno de los coreógrafos y bailarines más reconocidos de la danza de nuestro país, Premio Nacional de Danza 2014, obtuvo por La desnudez tres galardones en la edición 2018 de los Premios Max (Mejor Espectáculo de Danza, Mejor Intérprete Masculino de Danza y Mejor Coreografía), siendo esta obra la gran triunfadora de los premios ese año. 'La desnudez' llega al Auditorio el 31 de octubre a las 20.30h.
Le acompaña en el escenario Dácil González que trabaja con Abreu desde hace una década y que también recibió el Premio Nacional de Danza 2019 en la categoría de Interpretación, por lo que La Desnudez supone una ocasión única de ver a dos Premios Nacionales de Danza sobre el escenario.
La presencia de La desnudez en la escena desde su estreno en octubre de 2017 le ha llevado a estar presente en varios teatros de Europa y América, con una gran acogida tanto por parte del público como de la prensa especializada. Ahora, tres años después de su estreno, Daniel Abreu continúa su amplia gira con este espectáculo que le está llevando a recorrer toda la geografía de nuestro país. Durante este otoño con este montaje recorrerán gran parte de España llegando al Teatro Auditorio de Cuenca el 31 de octubre.
La desnudez es una propuesta poética sobre el saber quererse, sin juicios; dos personas en escena (el propio Daniel Abreu y la bailarina Dácil González), apuntan una idea de polaridad y un viaje desde la muerte al amor, acompañados en este viaje por la música en directo del gran Hugo Portas. En la obra no solo se disfruta de la coreografía, sino de bellas escenas fotográficas y de una densidad dramática que invita al espectador a leerla desde muchos puntos de vista.
La desnudez es el resultado de dos años de trabajo e investigación de Daniel Abreu. En palabras del propio Abreu: "comenzamos sin nombre ni camino, dos años con la tierra en barbecho para encontrar más belleza en los pasos de baile, los palos, en las bolsas de basura y en los instrumentos rotos. Construíamos y destruíamos. Jugábamos con el tiempo como meta, y esto nos llevaba a plantear la obra desde distintas miradas. El material coreográfico en La desnudez es de gran impacto y versatilidad. Y es que este trabajo va de eso, de sugerir un paseo en lo polar. Un hombre y una mujer que se mueven y van tocando todo lo que alcanzan. Y al mismo tiempo van construyendo algo líquido, muy acorde con la sociedad moderna".
La obra habla de intimidad, ese lugar donde ya no existen las preguntas. La belleza en La desnudez de lo que hay; en esta pareja se da lo sublime de una mano que toca e intercambia calor y sudor, y a veces quiere mal. Se habla del ejercicio de construir el amor y sostenerlo, como el simple acto de la respiración. Podría leerse la obra de atrás hacia delante, donde aparece el viaje y el sentido de una unión sentimental. Una obra que va del negro al blanco, de un espacio cubierto a un espacio abierto.
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