El IPC de marzo, a pesar de la subida del 0,7% mensual, mantiene su crecimiento interanual en el 3,6%, mientras que en Castilla-La Mancha crece un 0,1% y pasa del 4,1% de febrero al 4,2% de marzo. Para la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de Castilla-La Mancha, éste no es en sí mismo un mal dato, teniendo en cuenta la subida continuada de los combustibles, pero en “la situación de estancamiento del consumo interior sí que es una mal dato y no parece augurar una buena perspectiva económica para los autónomos”, valora Carlos Bonilla, secretario general de la Organización de autónomos en la región.
Los trabajadores por cuenta propia, y especialmente los autónomos y las autónomas del sector del comercio, “somos quienes más duramente estamos sufriendo las consecuencias de esta situación, porque igual que pasó con el incremento del IVA, no podremos repercutir la subida de precios al producto final”, asegura Rosa María Alonso Checa, representante de la sectorial de la Mujer en UPTA Castilla-La Mancha y presidenta de la Federación de Asociaciones de Comercio de Guadalajara. Según Alonso, esta es “la única forma de actuar que tenemos para intentar garantizar un volumen mínimo de ventas”.
A pesar de estas dificultades, tanto el comercio como la hostelería puede ser que mantengan sus niveles actuales de actividad durante los meses de primavera y verano, pero desde UPTA España, analizando la evolución de las rentas medias, “tememos que se reproduzca la caída de comercios a partir del periodo estival, después de que la crisis haya dejado treinta y cinco mil comercios familiares menos que los que había en el año 2008”, señala el secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de España, Sebastián Reyna.
Sólo el turismo parece que puede aportar algún dato positivo, aunque más en el formato mayorista de sol y playa, puesto que el turismo rural y de interior, “en el que está más concentrada la oferta de los autónomos y empresas individuales ha debido bajar los precios, por lo que peligra el mantenimiento del empleo generado en los últimos años”, sigue diciendo Sebastián Reyna.
Sólo una recuperación de los niveles de consumo interno, que representa más del 56% del PIB, “podría ayudarnos a salir de esta situación de deterioro”, pero ésta es una previsión difícil, “puesto que el aumento de los tipos de interés afectará negativamente al coste de las hipotecas y continúan las restricciones del crédito a las familias”, concluye Reyna.
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