www.cuencanews.es

Mucha mierda

Por Redacción
x
localcuencanewses/5/5/16
lunes 14 de marzo de 2016, 00:08h

google+

Comentar

Imprimir

Enviar

Por muy sádico que parezca, para hervir una rana viva tenemos que ir subiendo la temperatura gradualmente, sin prisas pero sin pausas, pues de otra forma el ufano batracio notaría el peligro y poco tardaría en escapar de la trampa.

Esta metáfora me viene de rechupete para entender cómo es posible que en nuestro país hayan tenido tan poca repercusión los mensajes de apoyo de la Casa Real al investigado López Madrid, AKA “compi yogui”. Algo que, por otro lado, se veía claramente venir cuando tras el desafortunado y presidencial “Luis, sé fuerte”, todos siguieron tan panchos en sus puestos. No sacaré a colación el manido tópico de que vivimos en un país de pandereta, pues a las evidencias me remito, pero sí que quisiera diseccionar este suceso para resolver si, en verdad y como las partes de esta conversación sugieren, vivimos en un país “muy difícil”.

 

Más allá de los insultos a una profesión que no le es indiferente, que ya dice mucho, doña Leticia nos ha dejado a todos patidifusos al expresar, sin posibilidad de malentendidos, su opinión sobre quien, desde hacía días, caía la sombra del uso de las tarjetas opacas de Caja Madrid. Un señor nada controvertido a la luz de la información de los últimos días, propia de un guion de Hollywood con presuntos chantajes, amenazas cruzadas e incluso agresiones relacionadas con la doctora Elisa Pinto.

De ahí que ante la cadena de despropósitos “Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos”, la temperatura de nuestra particular olla social suba tanto que, aunque sea por un instante, debiéramos darnos cuenta del trato que recibimos los que, quedando fuera de tan selecto club, caemos dentro de la categoría de “merde”, mucho más finolis que su primer mojón, probablemente dedicado a La Otra Crónica del periódico El Mundo. Mucha mierda para una reina, pero sobre todo demasiada para los que parecemos abocados a tener que tragarla y, como en la película Los Santos Inocentes, dar las gracias por que no sea peor.

Ante tal muestra de cariño, el señor Javier López contesta haciendo propósito de enmienda, prometiendo ser más consciente de su conducta, pero poco más. Sin llegar a pedir perdón, algo que seguramente haya hecho en privado, no sabemos bien si sus futuros pasos irán de la mano de la ética o, simplemente, de las precauciones necesarias para evitar que se le pille y se cuente de nuevo a los cuatro vientos. Seguro que lo siente: siente haber sido pillado con una mano en la black y otra en el interruptor de un ventilador situado estratégicamente detrás de una -lo han adivinado- enorme boñiga.

Miguel Ángel Revilla da en el clavo al afirmar que si Rajoy robara una gasolinera a punta de escopeta, con testigos y cámaras que lo demostraran, todavía mantendría votos en las próximas elecciones. De igual manera, no importa lo que la Casa Real haga o deje de hacer, siempre tendrán súbditos que se nieguen a ver lo difícil que es -y aquí si le doy la razón a los compis- encajar una institución desfasada dentro de las necesidades de una sociedad cansada de ser hervida. Quizá no seamos tan pandereteros como parece.

Continuar dejando que el 1% de los ricos de nuestro país tengan tanto como el 80% de la población, lo que supone decir que menos de medio millón de afortunados tengan lo mismo que más de treinta y siete millones de españolitos, o aceptar que la desigualdad suba como la espuma estemos o no en crisis, con un promedio diez veces superior al de nuestros vecinos europeos, sí que son realidades escatológicamente difíciles de asumir. Máxime en un país empeñado en quitarse las legañas. ¡Mierda!, yo también necesito una clase de yoga.

 

José Luis González Geraldo

https://www.facebook.com/joseluis.ggeraldo

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios