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Manos Unidas Cuenca trabaja junto a los indígenas en la reclamación por su derecho a la tierra y el respeto a su identidad
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Manos Unidas Cuenca trabaja junto a los indígenas en la reclamación por su derecho a la tierra y el respeto a su identidad

miércoles 09 de agosto de 2017, 10:00h

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El 9 de agosto se celebra el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas. Para Manos Unidas Cuenca, es siempre una fecha muy importante pues desde hace casi 60 años, la ONG de Desarrollo de la Iglesia, ha apoyado a cientos de miles de personas de hasta 222 etnias de pueblos indígenas, tribales y nativas de todo el mundo con el objetivo de que se respete su identidad y sus derechos. Un ejemplo de ello es el Premio Bartolomé de las Casas que el rey Felipe VI entregaba hace tan sólo unas semanas al socio local de Manos Unidas en Colombia, FUCAI (Fundación Caminos de Identidad) para destacar su apoyo en la legalización y consolidación de territorios indígenas de las regiones de la Orinoquia, la Amazonía y la Guajira colombiana.

En todo el mundo hay más de 370 millones de personas indígenas (más del 5%) repartidas por más de 70 países, que hablan más de 5.000 lenguas (el 75% de los idiomas conocidos) y cuya cultura y conocimientos han contribuido de manera determinante a la historia de la humanidad. Pero también, los indígenas se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables ya que constituyen el 15% de los pobres del mundo y representan un tercio de las personas que viven en extrema pobreza en áreas rurales. Por si esto fuera poco, las poblaciones indígenas sufren rechazo, discriminación, abusos, invisibilización y desplazamientos forzosos que, en los últimos años se han visto acentuados por la globalización económica y los efectos del cambio climático.

En muchos casos, los pueblos indígenas ven su identidad y hasta su propia existencia amenazada. Esta situación la sufren por extensión aquellas personas e instituciones que denuncian su realidad y defienden a los indígenas, hasta el punto de llegar a la persecución y a las agresiones e incluso, a la muerte.

Para Manos Unidas los principales desafíos a los que se enfrentan estas poblaciones son: en primer lugar, los grandes proyectos económicos (agroindustria, recursos energéticos e infraestructuras) que se ejecutan en sus territorios y que suelen tener como resultado la degradación del medio ambiente del cual depende su supervivencia. Y, en segundo lugar, pero relacionado muchas veces con el primero, la violación de sus derechos humanos, sus territorios y su exclusión de los beneficios económicos.

Para Waldo Fernandez de Manos Unidas: “mejorar la situación de los pueblos indígenas requiere un crecimiento económico sostenible y estrategias que aborden las múltiples desventajas que enfrentan. Las posibilidades de los pequeños campesinos indígenas serían mayores si tuvieran asegurado el acceso a la tierra, a sus semillas, a recursos productivos, capacitación y acceso a los mercados…etc.” Porque tal y como asegura el Papa Francisco en Laudato Si´: “Todo campesino tiene derecho natural a poseer un lote racional de tierra (…) y además del título de propiedad, debe contar con medios de educación técnica, créditos, seguros y comercialización”. [ii]

Precisamente, hablando de derechos, este año 2017 se celebra el Décimo Aniversario de un documento que ha supuesto un antes y un después en la defensa y reivindicaciones de estas poblaciones: Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DDPI).[iii]



EJEMPLOS Y TESTIMONIOS DESDE LOS PROYECTOS DE MANOS UNIDAS

La mayor parte de los proyectos que Manos Unidas ha apoyado en relación a las poblaciones indígenas, tienen como objetivo la protección de sus territorios y, en algunas ocasiones el respeto a su derecho a no ser contactados por otras personas, como en el caso de tribus aisladas de la Amazonía. También trabajamos por la salvaguarda de sus recursos naturales, hábitat y medio ambiente; su seguridad y soberanía alimentaria y su derecho a la alimentación, a la salud y a la educación. Manos Unidas también acompaña a estas poblaciones para que sean respetados y protegidos sus valores, creencias, tradiciones y modelos de producción sostenibles.

A continuación, destacamos dos ejemplos de proyectos que realizamos en Inda y Paraguay con testimonios de dos de sus principales responsables.

DE GALICIA A PARAGUAY: 35 AÑOS CON LOS MBYA GUARANÍES DE PASO YOBÁI

Manos Unidas ha apoyado la labor de las misioneras carmelitas teresianas en el departamento de Guairá (Paraguay) desde hace décadas con proyectos de infraestructuras, educativos, de formación profesional y de seguridad alimentaria. Se les apoya en sus reivindicaciones y se les acompaña en su desarrollo a través de una convivencia respetuosa y una inculturación que deja patente, en muchos casos, la admiración por sus valores.

Uno de estos proyectos es la construcción, equipamiento y atención del Centro Educativo Bilingüe y Escuela de Formación Agropecuaria de Isla Hú, situado en una de las seis comunidades habitadas por nativos mbya guaraníes. Allí, cerca de un centenar de jóvenes adquieren cada año la formación profesional que les permite, a ellos y sus familias, tener un presente y futuro mejor ya que ofrece alternativas a los modos de vida de los pueblos indígenas que, tradicionalmente eran cazadores y recolectores, pero que hoy en día ya no pueden vivir de ello entre otras cosas porque sus tierras han sido vulneradas.

Rosalía García nació en Lugo hace algo más de 78 años y hace 35 que se fue a Paraguay donde ha dedicado toda su vida a ayudar a los indígenas mbya guaraníes de la zona de Paso Yobái. La misionera es un ejemplo vivo del acompañamiento y apoyo a las reivindicaciones de este pueblo del que no escatima halagos y admiración: “son pueblos con unos grandes valores como el gran respeto y unión con la naturaleza, las decisiones y vida en comunidad o el especial cuidado a los niños y mayores. Valores, que en muchos casos la sociedad paraguaya ha perdido”

Y es que, en Paraguay hay 19 pueblos indígenas (112.000 personas), con cinco familias lingüísticas y, sin embargo, no están bien valorados por la sociedad: “Es una pena que en esta sociedad avanzada no logremos ver a estas personas como iguales. -asegura Rosalía – y es triste ver como sufren discriminación. En muchas ocasiones, por un mismo trabajo, los indígenas cobran hasta un 40% menos que el resto. Pero claro, es necesario que tengan la formación y educación necesarias para saber reclamar sus derechos y en esto también les apoyamos”.

KHUNTI (JHARKAND, INDIA): APOYO A UNA DIÓCESIS DONDE EL 99% ES TRIBAL

India es el país con más pueblos tribales del mundo: el 8,6% de la población (104,4 millones de personas) es tribal o adivasis (término que se usa desde los años 30 para denominar a esta población). Ocupan un 15% del territorio, situándose sobre todo en el “Tribal Belt” (cinturón tribal), que se extiende desde el este del estado de Guyarat hasta el este del estado de Nagaland, pasando por Rajasthan, Maharashtra, Madhya Pradesh, Chhattisgarh, Jharkhand, Orissa, West Bengal y Assam.

Precisamente en Jharkhand, en la diócesis de Khunti, donde el 99% de la población es tribal, Manos Unidas está apoyando a los servicios sociales del obispado en la realización de proyectos educativos de primaria y secundaria, de mejora de las infraestructuras. Además, desde Manos Unidas apoyamos proyectos de promoción de la mujer y prevención de enfermedades.

Para el obispo de Kunhti, Monseñor Binay Kandulma, “la vida de la mayoría de las personas se basa en una agricultura de subsistencia, por lo que solo tienen trabajo la mitad del año, mientras que, la otra mitad, los ciudadanos se ven obligados a emigrar a las ciudades para buscar empleo”.

Otro de los problemas a los que se enfrenta esta población es la amenaza constante de grupos radicales fundamentalistas que producen una inseguridad constante, prohíben la construcción de determinadas carreteras y la desatención de las escuelas públicas. Por eso, según afirma el obispo Kandulma, y para lograr que la población tribal tenga las mismas oportunidades y logre un buen empleo y estabilidad, “lo primero es promocionar la educación y que los niños y jóvenes, que viven muy dispersos en las zonas de bosques y montañas, puedan alojarse en internados para asegurar su formación”. Manos Unidas ha destinado en los últimos cuatro años cerca de 480.000 euros en ocho proyectos, lo que demuestra las importantes necesidades de la zona.



[i] Establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1994.
[ii] Francisco, Laudato si´ 94, Roma 2015
[iii] Aprobada el 13 de septiembre de 2007.

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