El Quintanar del Rey vence a la UB Conquense por la mínima en un partido, donde ambos equipos podían haberse llevado los puntos. Es digno de mención la gran actuación de ambos guardametas en el primer derbi conquense de la segunda vuelta.
Si ya fue bueno el final del pasado año, en este 2022 la UB Conquense pretendía seguir su camino, afianzado con las victorias y las sensaciones retransmitidas. Para ello, era necesario demostrarlo en uno de los derbis provincial, frente al Quintanar del Rey. Tras un año sin verse las caras en competición oficial, teniendo en cuenta que la temporada pasada estaban en diferentes subgrupos, ambos equipos sabían de la importancia de puntuar y pelear por la parte alta.
Con el pitido inicial, La Fuensanta se convirtió en el escenario idílico para empezar el nuevo año con un duelo reñido y duro como el protagonizados por dos de los conquenses de la categoría. Aunque la primera ocasión fue para el barco comandado por Carlos Gómez, los de Manolo Martínez respondieron con la misma herramienta. Desde ese momento, el encuentro empezó a cumplir con las expectativas puestas. No obstante, fueron los visitantes quienes gozaron de más ocasiones para romper la lata en el primer compás de juego.
Leyva, cumpliendo con creces su labor de guardameta, se hacía cada vez más grande con todas sus intervenciones en el partido. Fruto de que era el más destacado de la balompédica era el juego con el balón de su equipo. Por momentos, parecía que a los de la capital le costaba entrar en su dinámica habitual de juego. El dominio del centro del campo y del juego fue para los de la Manchuela hasta el paso por vestuarios, el cual fue como agua de mayo a favor de los de casa.
A la vuelta del intermedio, cualquiera de los dos equipos era capaz de abrir el marcador. Aunque era cierto que los vestidos de rojo y blanco se acercaban con mayor peligro. Con la caída del sol, las ocasiones empezaban a diluirse en el verde. La Fuensanta pasó a ser un choque sin oportunidades para romper el cero en el electrónico. Así fue hasta que, paradójicamente, ocurrió la piedra angular del partido.
La Balompédica amenazaba la puerta de Carlos Molina hasta que una corrida de Eloy al contraataque significó una herida de gravedad. Con la internada en solitario del número siete de los quintanareños y la infracción de Sebas en el área, el colegiado dictaminó la máxima pena reglamentaria: el penalti. A once metros de la línea de gol, Antonio Megías engañó a Leyva, mandando el balón al fondo de la red. Un gol que, inmediatamente después, provocó la reacción local.
Cambiaron las tornas y eran los de la capital quienes provocaban el fallo rival. Este no llegó. Pero, el que si apareció cuando más lo necesitaba su equipo era el portero. El 1 se encargó de cerrar la valla y evitar los intentos en batir sus tres palos. Con el paso de los minutos, consiguieron retomar el partido bajo su control. Aunque era cuestión de una jugada que eso cambiase, los visitantes no daban oportunidad a que existiese revolución alguna.
Es por ello por lo que, con el tiempo cumplido, el Quintanar del Rey cerró su primer partido del año con tres puntos de vital importancia para luchar por la parte alta, a la espera del cierre de la jornada.
Si (
No(
