Conquenses que habían luchado duramente y con muy pocos medios a su alcance para que el AVE pasara y parase en Cuenca. Aquel grupo, en el que yo modestamente participé, no buscaba intereses personales, ni reconocimientos públicos, ni prebendas económicas, tan sólo quería que Cuenca no sufriera más marginación en materia de infraestructuras. Después de que desde el Gobierno Central se decidiera que la autovía Madrid-Valencia no iba a pasar por Cuenca, relegándonos a una aún inacabada “Autovía de Castilla-La Mancha” que uniría Talavera, Toledo, Tarancón y Cuenca, La Plataforma decidió que Cuenca no podía perder este último tren del progreso, y, contra viento y marea, pese a la oposición y las reticencias incluso de muchos conquenses, de gran parte de los políticos locales y provinciales y de las fuerzas vivas del momento (partidos políticos, sindicatos, etc.) se lanzó a una maratoniana batalla librada en los medios, en la calle y en los despachos para conseguir torcer una decisión sobre el trazado que, una vez más, excluía a Cuenca en beneficio de Albacete como ya había sucedido en los años ochenta con el tren convencional y algunos años antes con la autovía de Valencia.
El objetivo se consiguió y, ahora, una década después (¡una década…. NADA MENOS!) podemos ver los AVES, ALVIAS y demás trenes de alta velocidad circulando. Eso sí, a casi 5 Km de Cuenca y bordeando el vertedero de la ciudad. Si bien es cierto que conseguimos torcer el brazo al Ministerio de Fomento en lo que respecta al trazado para que pasara por Cuenca, no supimos o pudimos hacer lo mismo con las instituciones locales para que la estación se ubicara en el centro de la ciudad cerca de donde se encuentra la estación actual, tal y como preveía el Primer Estudio Informativo del Ministerio de Fomento.
La obsesión “ladrillera” del consistorio del momento presidido por el Sr. Martínez Cenzano (PSOE), respaldado por la oposición del Sr. Cordente (PP) sostenida y no enmendada por el actual consistorio presidido por el Sr. Pulido (PP) dio al traste con las sensatas intenciones iniciales de Fomento y hoy tenemos la estación donde está con una comunicación con la ciudad muy deficiente y con la amenaza latente de ubicar también allí, en aras de la “intermodalidad” tanto la estación convencional como la de autobuses.
En mi modesta opinión, esto supone un grave error histórico que acabaremos pagando todos los conquenses y que reducirá en gran medida parte de las ventajas potenciales (turísticas y de otros tipos) que una infraestructura de estas características puede aportar tanto a una ciudad pequeña del interior como es Cuenca como a su provincia. No obstante, y a pesar de esta nefasta decisión, hemos de decir que con la perspectiva que dan los 10 años transcurridos la fecha del 8 de enero de 2001 junto con la del 19 de diciembre del 2010 (día en que se inauguró el servicio) marcarán, sin duda, un antes y un después en el devenir histórico de Cuenca y en su desarrollo comercial, turístico, universitario, etc.
Siempre que nuestros políticos, nuestras instituciones y nuestras fuerzas vivas sepan estar a la altura del reto que tenemos por delante, habida cuenta de que ya hemos perdido mucho tiempo y de que no se han sabido hacer los deberes para preparar la ciudad para la llegada del AVE.
Echando la vista atrás, no sin nostalgia y con una cierta rabia, se puede constatar que en materia de infraestructuras y de impulsos serios para la modernización y el progreso de Cuenca el AVE es la única noticia positiva que se puede destacar.
Otros grandes temas por los que luchó la Plataforma por Cuenca siguen durmiendo el sueño de los justos: seguimos sin estar conectados por Autovía con Valencia; la Autovía a Tarancón ha tardado la friolera de 18 años en verse (mal) acabada y la conexión con Toledo sigue pendiente; autovía a Teruel ha sido paralizada y no hay fecha para su comienzo; El ferrocarril convencional sigue funcionando pero sobre él pende la espada de Damocles de un cierre inminente (posiblemente tras las próximas elecciones municipales y autonómicas o tras la generales de 2012) si no se aseguran inversiones importantes para acondicionar la vía para un uso mixto de mercancías y viajeros.
En materia universitaria Cuenca sigue siendo la hermana pobre de Castilla-La Mancha con mucho menor número de carreras en general, de carreras de tipo científico-técnico en particular y de institutos universitarios de investigación que el resto de provincias.
El prometido Palacio de Congresos y Exposiciones no levanta cabeza, etc. etc. etc.
Por eso, y a pesar del éxito parcial lograda por la actual Plataforma en defensa del tren convencional al conseguir que durante este año 2011 éste siga funcionando, mucho me temo que la apatía de los conquenses, la desidia de los políticos locales y el mal fario que siempre acecha a Cuenca en este tipo de asuntos haga que nos preguntemos ¿cuántas décadas más tendrán que pasar para ver todos esto proyectos terminados? ¿Habrá otro grupo de idealistas conquenses, otra Plataforma que luche con tenacidad y decisión por conseguirlos? … como dijo Bob Dylan allá por los sesenta: ¡la respuestas está en el viento…!
Constancio Aguirre Pérez
(antiguo miembro de la Plataforma por Cuenca)
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No(
