www.cuencanews.es

A vueltas con los toros

Por Redacción
x
localcuencanewses/5/5/16
jueves 25 de julio de 2013, 23:51h

google+

Comentar

Imprimir

Enviar

«Los dioses olvidados. Caza, toros y filosofía de la religión» (Pentalfa Ediciones, 1993), de Alfonso Fernández Tresguerres, es una obra en la cual el autor aprovecha la filosofía de la religión del español Gustavo Bueno, expuesta en su libro «El animal divino» (1985), para analizar esas actividades desde una perspectiva materialista; Bueno, de hecho, prologa la obra de Tresguerres.

Una vez concluida la lectura del libro «Los dioses olvidados», hoy queremos dedicar el espacio de «Las armas y las letras» a la recomendación de esta obra, porque la consideramos fundamental al momento de salir al paso de las críticas que la fiesta brava suscita con su sola mención. Como muestra de la controversia que envuelve estos asuntos, acaso puede ser de utilidad nuestra columna, en Cuenca News, «Sin toreros no hay toros» (ver edición del 31 de mayo de 2013).

 

El ensayo de Fernández Tresguerres, como el mismo lo dice, se escribe desde la perspectiva de la antropología filosófica, fundamental al momento de plantar cara al fundamentalismo de los biólogos y los etólogos, quienes pretenderían reducir el problema de la agresión humana a un mero impulso atávico de todos los seres vivos, de tal forma que según ellos sería posible «traducir los principios explicativos de nuestra agresividad a clave biológica».

¿Qué es el hombre? La biología dirá que una categoría; para la filosofía, en cambio, es una idea, porque para desentrañarla hace falta echar mano de varias disciplinas que pueden ser aprovechadas por la filosofía en tanto que saber de segundo grado.

Así, «Los dioses olvidados» analiza el toreo y la caza para explicar por qué estamos ante ceremonias religiosas. En «El animal divino», Bueno expone su filosofía de la religión y para ello toma como base de esta no el miedo (lo cual nos remitiría al psicologismo) o el intento de determinados grupos sociales por mantener sometido al pueblo por medio de supersticiones.

Acerca del surgimiento de la religión Bueno nos remite al Paleolítico, cuando los animales eran temidos y venerados. El hombre primitivo reconoce la existencia de otras entidades que no son humanas, aunque dotadas de inteligencia. Es decir, no son espíritus o seres venidos de otro planeta, sino bestias, precisamente; el tigre dientes de sable, por ejemplo, era un animal numinoso. De todo ello ha quedado el testimonio de las pinturas rupestres y los santuarios que las alojan. A esta fase de la religión, Bueno la llamara primaria, lo cual se puede resumir con esta frase del materialismo filosófico: «El hombre hizo a sus dioses a imagen y semejanza de los animales».

Con la revolución neolítica los animales serán domesticados, con lo cual se pasa hasta la fase de las religiones secundarias, que engloban a la mitología griega, por ejemplo, mientras que las religiones terciarias nos sitúan de lleno en el llamado monoteísmo.

Fernández Tresguerres explica así que la caza y el toreo, lejos de ser simples deportes, para ser comprendidos tienen que ser puestos en la perspectiva de ceremonias religiosas. Por lo tanto, el problema de los toros no puede discutirse de acuerdo con el acostumbrado enfoque ético de los antitaurinos, porque en la fiesta brava el animal participa como un numen, igual que en la caza.

De la misma manera, la reivindicación del toreo como una «seña de identidad» de España, parte fundamental del bagaje cultural de este país, es desde luego insuficiente, cuando se parte de una definición imprecisa de cultura que nos lleva de lleno al mito oscurantista. Tal es la postura de ciertos defensores de la fiesta brava como el famoso intelectual Mario Vargas Llosa.

Seguidores o no de la fiesta, «Los dioses olvidados» es una lectura muy recomendable para todos aquellos interesados en discutir asuntos tan complicados y de suma actualidad como la caza y el toreo, sobre todo en una época como esta, cuando el animal es considerado por científicos y activistas como una persona más, susceptible de tener derechos, como uno más de nosotros.

 

Manuel Llanes

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios