www.cuencanews.es

Al fondo, a la izquierda

Por Redacción
x
localcuencanewses/5/5/16
domingo 10 de mayo de 2015, 23:10h

google+

Comentar

Imprimir

Enviar

Tras la reciente caída de Podemos, más de siete puntos según los últimos resultados del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), los indicadores parecen sugerirnos que llegadas las elecciones generales el asunto de la indignación podría quedar en una mera pataleta ideológica o, visto de una forma simplista, en una evolución de la sempiterna dicotomía entre unos y otros. De la muerte del bipartidismo pasamos a un bipartidismo en dos dimensiones: PP-PSOE y Ciudadanos-Podemos mientras que en el banquillo, con más ilusión que otra cosa, languidecen el resto de formaciones políticas. El disidente quiere participar del juego democrático, pero las reglas siguen siendo las mismas, y en ellos los candidatos no ven más que una panda de suculentos indecisos.

 

De hecho, ahora sería el momento de sacar pecho y vanagloriarme de los párrafos que hace unos meses escribí en esta misma columna (El milagro de P. Iglesias) avisando del más que probable descenso de Podemos. Pero no lo haré. Puestos a ser críticos, seámoslo en primer lugar con uno mismo. Además, tampoco sería inteligente vender la piel del oso antes de cazarlo pues, ya que hablamos de animales, hasta el rabo todo es toro… o gorrino, según se viva y se cuente. Si no me creen, miren a nuestros vecinos británicos, todavía boquiabiertos por el estrepitoso error de esas encuestas que situaban a Cameron al borde del fracaso y que finalmente tuvieron que comerse los números ante la realidad de su mayoría absoluta.

No importa lo mucho que las encuestas se empeñen en querer descifrar algo que hasta nosotros mismos no sabemos; tampoco me vengan con el cuento estadístico del Big Data, que gracias a Internet algunos dicen que hasta puede predecir nuestra conducta inconsciente; incluso no hace mucho que en España se ha llevado a cabo la primera “neuroencuesta” política, tratando de dar validez de voto a la encefalografía provocada por estímulos visuales de los candidatos. Nuestro afán por querer anticipar la realidad no hará otra cosa que sesgar los resultados, pues a nadie se le escapa que las encuestas, con o sin cocina, son menos creíbles que la juventud de la que hacen gala la mayoría de candidatos en esas foto-shop-grafías electorales que ya están colgando de todo apéndice urbano. “Estas son las ideas que quiero defender, vaya usted por ahí a buscarme unos datos que las respalden”, reza un antiguo chiste sobre la ciencia de los grandes números.

El caso es que el ser humano, como individuo, suele comportarse con predecible irracionalidad, que diría el señor Ariely, pero al juntarnos con nuestros congéneres, ¡ay amigos!, quizá seamos más antojadizos que una veleta. Un ejemplo: a nadie le gusta perder, y por ahí quizá haya más de algún atún que acabe votando al probable ganador -según las encuestas, claro- solamente por llevarse una miguita de éxito a casa.

Esperemos que este último caso, como otros, sea la excepción que confirma la regla y que cada uno vote -en conciencia y conscientemente- al partido que crea más conveniente para su futuro, sí, pero también para el de los demás. Por este motivo, a día de hoy no puedo asegurar a qué partido irá mi voto, pero sí la dirección que llevará: al fondo y a la izquierda. Como todo el mundo sabe, en ese mismo fondo, pero a la derecha, se encuentra un espacio muy reducido, íntimo y privado, al que uno va a hacer cosas no demasiado limpias pero del que siempre se empeña uno en salir con las manos limpias… casi siempre mojadas, es cierto, pero tan limpias como si nunca hubiera estado allí.

 

José Luis González Geraldo.

https://www.facebook.com/joseluis.ggeraldo

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios