¿Imaginas la vida sin amigos? ¿Qué pensarías si te dijera que hay quien ha de vivir sin ellos? Así se encuentran muchas personas con discapacidad, especificidad si alguien encontrara connotaciones peyorativas en el término, como las del centro Infantas de España. Aquí, en Cuenca. Sin duda tienen compañeros, profesionales cualificados a su alrededor y, los más afortunados, incluso familia. Pero la amistad no está garantizada en un entorno donde la normalización e inclusión social (no sólo física) es un escurridizo pero necesario objetivo a conseguir.
Así, gracias a la iniciativa e interés del servicio de ocio del centro Infantas de España, así como a la colaboración, entre otros, del Ateneo de Cuenca, nace el proyecto “Cartas a ciegas: relatos de una amistad”. El objetivo es simple: conseguir que los usuarios del servicio de ocio tengan un amigo con el que contactar por carta para, al final, realizar una exposición que tendrá cabida, a principios de verano, dentro del ciclo “Días de arte conquense”. Huelga comentar la temática: la amistad.
Amistad en estado puro. Altruista y solidaria. Completamente alejada de la confusión que hoy en día se tiene entre amigo y cliente, y que tantas desdichas nos ha traído en forma de corrupción y favoritismos. Como ya intuyó Cicerón “la amistad no puede existir a no ser entre los buenos […] quitada la benevolencia, se quita el nombre de amistad”. Actuemos en consecuencia, sigamos los dictados de nuestro corazón y encontraremos el camino de la bondad, que no es otro que el de la amistad incondicional. Puede que nuestro tiempo sea limitado, pero nuestra amistad potencial es infinita. No es como un banquete donde la comida se reduce conforme aumenta el número de comensales, sino como los rayos del sol, que por igual inunda a los que bajo él se sitúan. Seamos estrella de amistad, irradiemos a los que nos rodean sin pedir nada a cambio. Aquí tenemos una excelente oportunidad de demostrarlo. No les demos la espalda, pues allí no encontrarán nuestro corazón.
Amigo es quien se queda a tu lado cuando lo necesitas, a sabiendas de que preferiría estar en otro sitio. Seguro que preferiríamos hacer otras cosas, más urgentes e importantes según nuestra ya predefinida escala de valores, pero nada nos impide romper la rutina y alimentar los sentimientos. Las personas del centro Infantas de España, como todo el mundo, necesitan amigos. ¿Por qué no tú? No te robará mucho tiempo y recibirás tanto o más de lo que otorgues. Tal y como señala Miguel Ángel Revilla en su popular libro La jungla de los listos “… una vez satisfechas las necesidades elementales, nada hay más gratificante que intentar hacer algo por mejorar la vida de nuestros semejantes. Que la solidaridad prevalezca sobre la avaricia”. Para cuatro cochinos días que estaremos por aquí, ¡¿cómo no hacerlo?!
Por mi parte, por supuesto, predicaré con el ejemplo junto con otros ateneístas. No me llevará demasiado tiempo escribir una breve carta de vez en cuando para, en unos meses, celebrarlo con un abrazo al conocer a mi nuevo amigo en la exposición final ya comentada. En este momento necesitamos personas que estén dispuestas a participar. Ellos, por su parte, ya han comenzado a escribir sus misivas, enormemente ilusionados. ¿Qué responderías si recibieras esta carta manuscrita?: “Hola, mi nombre es X. No sé cuántos años tengo. Me encanta la informática en la biblioteca y quiero ser tu amigo”. Sinceramente, será un gran soplo de aire fresco en un buzón atiborrado de facturas, publicidad y ofertas de comida rápida.
Si estás interesado, ponte en contacto con el Ateneo de Cuenca ([email protected]) o, si te es más fácil, contacta con el servicio de ocio del centro Infantas de España. Hazlo pronto, pues ellos han escrito sus cartas y, ¿quién sabe?, quizá ya sueñen contigo.
José Luis González Geraldo
Facebook.com/joseluis.ggeraldo
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