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Curioso club de lectura en el Ateneo de Cuenca

Por Redacción
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localcuencanewses/5/5/16
lunes 28 de octubre de 2013, 00:24h

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Como sabemos, desde el pasado 18 de este mes, el Ateneo de Cuenca es ya una realidad. Formalmente constituido, es el momento de escuchar las demandas de la población para sembrar de cultura hasta el último de los rincones de nuestra amada ciudad.

De hecho, el Ateneo está recibiendo múltiples sugerencias que nos animan a seguir trabajando en la dirección correcta, que no es otra que la marcada por la intersección de la cultura, la libertad y la tolerancia, pero también, cómo no, de las necesidades reales de la sociedad conquense. Una promesa sin fecha de caducidad, pues el Ateneo de Cuenca siempre prestará su atención a todo aquél que a nosotros acuda con una iniciativa que respete las premisas comentadas. Si tienes una idea que te gustaría ver convertida en realidad, escríbenos a: [email protected].

 

En este sentido, varios ateneístas creemos oportuno la creación de un club de lectura. Huelga comentar los beneficios que el hábito lector tiene sobre el individuo y la sociedad que lo alberga, pues como reza un antiguo dicho oriental: “Es siempre provechoso abrir cualquier libro”. Además, también somos conscientes de que la iniciativa ya está siendo llevada con éxito de diversas maneras en Cuenca. Los eventos del Centro de Promoción de la Lectura y la Literatura Infantil (CEPLI), el éxito del club de novela negra “Las Casas Ahorcadas”, así como la incipiente y aplaudida obra de la editorial Makupipe, son sólo tres ejemplos que denotan una realidad: leer es necesario; leer es cultura; leer es libertad; leer es tolerancia; leer, en definitiva, es Ateneo.

Sin embargo, y en este caso en particular, desde el Ateneo hemos querido que la lectura sea un medio y no sólo un fin a alcanzar. No queremos sólo fomentar un mayor hábito lector (loable objetivo por sí mismo) sino también creer que lo leído -la temática- así como el propio lector -y su circunstancia, que diría Ortega- son de vital importancia.

Si a todo ello unimos un dato curioso, pero nada sorprendente, el club de lectura empieza a delimitarse. El día de la inauguración del Ateneo notamos que entre los numerosos asistentes -a los que aprovecho para agradecer su presencia y animo a dar el paso al frente definitivo para convertirse en ateneístas de propio derecho- había una profesión que posiblemente destacara entre el resto: la docencia. Confieso que se me escapó una sonrisilla triunfal al pensar en aquellos que critican al maestro por falta de cultura y comprobar cómo, a las pruebas me remito, no hay nada más lejos de la verdad.

Finalmente, a todos estos razonamientos habíamos de sumar un último esfuerzo: ¿qué les interesaría, les gustaría y necesitarían leer aquellos que dedican su alma y su vida a la educación? Inevitablemente vino a mi mente el libro “Sin fines de lucro” de Martha Nussbaum, Premio Príncipe de Asturias a las Ciencias Sociales, precisamente por su subtítulo: “Por qué la democracia necesita de las humanidades”. Todo encajaba, el primer club de lectura del Ateneo, pues nada impide que el Ateneo auspicie varios grupos de lectura de temáticas complementarias, iría dirigido a todos aquellos que estudien o trabajen en cualquier ámbito relacionado con la educación: maestros, profesores, educadores sociales... ¡incluso padres y madres preocupados por la educación de sus hijos!, llegando a cubrir el déficit de un mundo excesivamente centrado en resultados observables que van relegando al cajón del olvido las tan necesarias materias que tocan “tierra” (humus), y que nos hacen verdaderamente “humanos”. Por supuesto, cualquier persona que se sienta atraída por la temática, incluso sin tener nada que ver con la educación, será siempre bienvenida.

Así nace el “Club de lectura humanístico-educativa del Ateneo de Cuenca”. Un club donde sonarán nombres como Hesse, Sampedro, Krause, Ortega… y un largo etcétera que será concretado por todos, cuando sepamos quiénes somos. Humildemente, y como ejemplo, quizá sería oportuno y significativo empezar con el libro “Amor y Pedagogía” de Unamuno.

En 1904, antes incluso de la fundación del “Ateneo Conquense” de 1916, con la excusa del tercer centenario de la publicación de “El Quijote”, Victoriano Poyatos tuvo en mente la creación de un “Ateneo Cervantino”. Este señor supeditaba el éxito de la iniciativa, principalmente, a la voluntad de los destinatarios. Por ello animo a todos los que se hayan sentido aludidos leyendo estas humildes palabras a vencer la apatía que nos abruma. Si así es, escribe un e-mail al Ateneo. Ahora, en este preciso instante. Los cambios significativos tardan en conseguirse, no se alcanzan de la noche a la mañana, ¿por qué seguir esperando de brazos cruzados?

 

 

José Luis González Geraldo

Facebook.com/joseluis.ggeraldo

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