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Echarse al monte

Por Redacción
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localcuencanewses/5/5/16
lunes 30 de enero de 2012, 00:08h

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Tengo que reconocerlo; todavía estoy impactado por el espectáculo bochornoso vivido el pasado miércoles en la Diputación, un día que pasará a nuestra pequeña historia como una infamia, unos hechos que no gustan a nadie y avergüenzan incluso a los que la alentaron y organizaron.

Unos acontecimientos más sangrantes si cabe teniendo en cuenta el motivo; con la situación que está viviendo nuestra ciudad y los problemas por los que atraviesa el país, la protesta por la ATC suena ridícula, estridente y desmesurada.


Pero entonces, por qué esta sobreactuación en un tema como este. No se debe ni mucho menos a la casualidad, es más, los hechos son consecuencia

 

de dos males por los que atraviesa la política actual: la exageración en el mensaje y la utilización de tácticas de agitación, fuera de los cauces institucionales, para conseguir réditos políticos.

El primer problema está relacionado con la necesidad de dramatizar el mensaje para que éste llegue a los ciudadanos, y dejar a un lado los argumentos por la estridencia y el efectismo en la comunicación; es muy común el pedir la dimisión de un político por temas menores, o la utilización de superlativos para definir pequeños problemas, con el fin de mantener la tensión informativa.

Lo que ocurre con esta táctica es que si afirmas, por ejemplo, que tras la instalación de la ATC a los ciudadanos les crecerá un tercer brazo o morirán de cáncer, cualquier acción, por muy violenta que sea, quedará justificada.

Y es en este punto donde cobra fuerza el segundo elemento de la política actual; en una situación donde el PSOE ha perdido gran parte de su poder, el partido tiene una peligrosa inclinación a desinstitucionalizarse, o dicho de otro modo, a echarse al monte. Al no tener responsabilidades, puede radicalizar su mensaje, aumentar su demagogia y ocupar “la calle” trasladando ahí los debates, alejándolos de las instituciones. Bien cierto es que su misión es la de mostrar ruido y una apariencia de crispación, en gran medida impostada, pero en todo caso, el intento de crear un nuevo marco más radicalizado es un juego muy arriesgado.

Y lo es porque en esa calle se mueven con soltura aquellos que ideológicamente la han utilizado como instrumento político y de agitación desde hace siglos, y utilizan la bandera de la energía nuclear como una reafirmación ideológica y política, totalmente alejada de la razón. El peligro de moverse en este terreno es que el partido socialista puede quedar barrido por ellos.

Un riesgo que este partido está dispuesto a correr, y que puede verse reforzado en los próximos meses, tanto a nivel local como nacional, sobretodo si Carmen Chacón consigue la secretaría general. Paradójicamente, el no gobernar en casi ningún sitio posibilita una táctica que no les es ajena, ni mucho menos. Podrán destilar demagogia como nunca antes lo han hecho.

En una situación como esta, conviene mantener la calma. Muy mal harían los populares en entrar en su juego aumentando las descalificaciones y enzarzándose en disputas estériles, dicho de otro modo, no pueden pretender utilizar la estrategia de su adversario cuando éste siempre lo hará mejor.

 

Pablo Muñoz Miranzo
Twitter: @pmmiranzo

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