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El declive de la fiesta

Por Redacción
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localcuencanewses/5/5/16
domingo 21 de junio de 2015, 23:43h

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Llega el calor, y con él las ganas de festejo y disfrute. No a mucho tardar, si es que no estamos ya en ello, subiremos el volumen al hablar de las fiestas de nuestros pueblos y ciudades. Todo jolgorio y jarana, si no fuera porque entre parranda y parranda, y como el que no quiere la cosa, iremos dejando por el camino algún que otro cadáver sin sentido, principalmente bovino.

No es la primera vez que escribo sobre esta ancestral barbarie y muy probablemente tampoco será la última. Sin embargo, este año me anticipo -pues es un tema al que suelo recurrir en agosto- debido a la entrevista que hace unos días realizaron en la radio al autor del libro “De frente, en corto y por derecho”, Javier López-Galiacho, con quien comparto pasión docente, y creo que poco más.

 

Con su libro, el señor Galiacho pretende establecer semejanzas entre la tauromaquia y, según sus palabras, el toro de la vida y el toro de los negocios. Abogando, incluso, con acercar el toreo a la escuela como fuente de plausibles y deseables valores: liderazgo, gestión del miedo, amistad, resiliencia, prudencia, paciencia o, entre otros, perseverancia. Querido compañero, ¡cómo estar en contra de tan altos ideales!, a no ser por el pequeño detalle que tiene llegar a ellos haciendo sufrir innecesariamente a un animal, fomentando así otras cosillas, ¡menudencias de nada!, como la agresividad, el desprecio por la vida, la arrogancia, la violencia, el sadismo, el abuso e incluso, si conoce las ideas de Zimbardo, hasta el mismísimo efecto Lucifer. Claro que, escuchando cómo se alegraba infinitamente de haber tenido un maestro que durante las clases les ponía corridas de toros, ahora entiendo todo mucho mejor. Si Joaquín Costa creía que a España lo que le faltaba era “Escuela y despensa”, a su añorado maestro quizá le vendría mejor el lema “Escuela y toros”.

También le escuché decir que tuvo la suerte de nacer en una ciudad con tradición taurina, como es Albacete, pero sepa que yo no la tuve menos, pues también abrí los ojos en la ciudad del murciélago. Así que le rogaría que no intentara hacer creer a la gente que en Albacete todos se someten a los trajes de luces, pues algunos las tienen de sobra para darse cuenta de la atrocidad de un evento donde se comercia con la muerte y donde el verdugo es aupado por la multitud, ciega y sorda ante su torpeza.

Disfrute de su libro, aquí tiene algo más de polémica publicidad, pero disfrute también de su viaje al pasado. El hecho de que sus páginas hayan gustado tanto a la realeza, como usted afirma, retrata el desfase de esta “tradición”, como en su día se entendieron hasta los sacrificios humanos. Solamente recuerde que, pese a todo, la humanidad se empeña en progresar dejando en la cuneta crueldades como la que nos ocupa. Tarde o temprano sonará el cambio de tercio y las corridas de toros caerán, no lo dude.

Lamentablemente, todavía falta mucho para que entendamos la extrema importancia que tiene el respeto y el cuidado de la naturaleza que nos permite la vida, animales incluidos. Quizá por ello la manifestación de este sábado por la polémica de la gestión de la perrera provincial de Cuenca no haya sido tan multitudinaria como debería haber sido. Nos faltan valores, cierto, pero nunca los encontraremos sacrificando animales por diversión.

 

José Luis González Geraldo.

https://www.facebook.com/joseluis.ggeraldo

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