Otra de sus novedades más llamativa ha sido la decoración de los muros de uno de sus patios, mural realizado por la licenciada en Bellas Artes Irene López Ortega. Ex alumna del centro, ha querido con su trabajo fin de carrera, modificar y potenciar la visión plástica del entorno. La pintura mural, realizada en colaboración con la también estudiante de Bellas Artes y ex alumna del Grisolía, Sara Soliva Andrés, no sólo tiene dimensiones estéticas sino que también cumple funciones didácticas. Uno de los objetivos esenciales de este proyecto es mejorar la relación del alumnado con su entorno a través de un medio intrínseco al hombre, trabajando así la educación artística como uno de los fundamentos principales del proceso educativo. A su vez, se intenta fomentar un arte al alcance de todos para que deje de ser excluyente y se convierta en integrador. El mural contiene un relato, es un mundo paralelo metafórico, en el que se han ido incorporando pequeñas referencias a materias que se imparten en el instituto. El espacio elegido comienza en la puerta de entrada al recinto y ocupa el espacio del patio en el que los alumnos pasan parte de su jornada escolar. Con este mural, se ha intentado dotar de energía un muro desocupado que cumplía una única función arquitectónica como es delimitar el centro, incorporándolo así a la vida más activa del IES “Santiago Grisolía”. Nos encontramos de tal manera con el mismo lugar pero con un espacio diferente.
Tras un año de laborioso trabajo, que partió con la preparación y limpieza del muro, profesores y alumnos pueden a partir de hoy disfrutarlo en todo su esplendor. La autora ha explicado su trabajo ante la comunidad escolar, en el que elementos realistas se mezclan con continuas referencias naif y surrealistas como si un momento onírico se hubiese visto retratado. El detallismo, la fuerza del color, las texturas y tramas sobre superficies planas, se dan la mano en este trabajo que embellecerá a partir de ahora el exterior del IES “Santiago Grisolía”.
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