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El mejor amigo del hombre para ayudarle en su tratamiento

El mejor amigo del hombre para ayudarle en su tratamiento

Por Redacción
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localcuencanewses/5/5/16
sábado 22 de noviembre de 2014, 11:28h

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Terapia asistida con animales (TAA) es la denominación técnica de esta modalidad. Una ruptura de la rutina de estos enfermos, que les ayuda a superarse día a día. Luis Huerta y su perro Cora, son los que han traído esta innovación a Cuenca y nos cuentan cómo es su día a día.

“Mejorar la calidad de vida de las personas receptoras del tratamiento”, ese es literalmente el objetivo de este proyecto, que tiene sus bases en los buenos resultados obtenidos con perros de terapia en las sesiones de TAA en Estados Unidos. Este método llega a España hace unos años y comienza a desarrollarse en geriátricos, centros de educación especial, hospitales públicos, etc., aplicándose en gran variedad de casos de síndrome de down, trastornos de la conducta, autismo, discapacidad intelectual, etc.

 

Aparece como un proyecto pionero en Cuenca, de la mano de Luis Huerta, que es técnico en Terapia Asistida con Animales, Psicopedagogo y fundador de Gudcan. Un proyecto que lleva en marcha en la capital conquense desde hace ya un año.

 

Todo proyecto tiene un comienzo, y el de Luis fue bastante conmovedor, como nos cuenta el propio joven: “La idea de Gudcan surge a partir de que a un familiar le diagnosticaran fibromialgia. En mi familia siempre hemos criado pastores alemanes, y entonces le regalamos un perro porque a raíz de la enfermedad se vino abajo, se aisló y se hundió bastante. Y vimos que con el perro, al tenerlo como un compañero, como una obligación de sacarlo a pasear, como alguien que le da cariño y que no le juzgaba; eso le ayudó para salir adelante. A raíz de este caso investigué sobre el tema y decidí formarme para ayudar a más personas con este tipo de problemas.”

 

 

“Todo surgió cuando un familiar tuvo una enfermedad y le regalamos un perro”

 

La terapia, como todo, tiene sus bases y funcionamiento. Luis nos explica en qué consiste: “El principal objetivo es mejorar la calidad de vida del usuario. A partir de ahí trabajas con un centro, coordinándote con diferentes especialistas. nos fijamos en el aspecto emocional principalmente, en el cognitivo. esto saca a los usuarios del aislamiento, es una ruptura de su rutina. Al ser una terapia complementaria, para que sea efectiva se suelen realizar dos clases semanales de 50 minutos. no menos tiempo porque no sería efectiva y no más porque llegaría a convertirse en rutina.”

 

Dependiendo de con el colectivo que se trabaje, la terapia es distinta: “Por ejemplo cuando trabajamos con niños con autismo es muy difícil que se abran, mientras que gente con síndrome de down conectan muy rápido con el perro. Con casos de hiperactividad la terapia ayuda que los chicos se calmen.” Además, el trabajo previo no sólo es cuestión del terapeuta: “Los usuarios tienen que trabajar también fuera de estas sesiones. Con momentos introductorios, se introducen pictogramas para acercarlos a un perro y otras actividades que hacen que la terapia sea más efectiva.”

 

 

Cada perro necesita aproximadamente dos años de entrenamiento

Al ser una terapia con animales, en este caso con perros, la formación de los mismos se vuelve esencial. Luis nos explica el proceso de entrenamiento de un perro: “Los animales son seleccionados mucho antes de su nacimiento, es decir, se tiene clara la raza y el pedigree concreto que se requiere (cómo eran sus padres, abuelos, bisabuelos, etc.) para este tipo de terapia. El período aproximado para que un perro esté listo, dependiendo mucho de la raza, está en torno a los dos años. Lo que se necesita es que el perro tenga estabilidad y saber cómo va a actuar ante cualquier situación. Necesitas que el perro tenga una actitud predecible y que disfrute con estas sesiones de terapia, eso es fundamental.”

 

Llevar a cabo proyectos como este requiere un esfuerzo económico, desde entrenar al perro hasta mantenerlo, todo cuesta. Y en la situación económica en la que estamos, todo se hace más duro: “Hasta el momento estamos comenzando con este proyecto en Cuenca y hasta el ahora no hemos recibido subvenciones. Por suerte nos hemos podido financiar de otras maneras. Pero la situación actual no permite desarrollar estos proyectos de la manera que nos gustaría. Me gustaría llegar a un mayor número de personas Pero son muchos los recursos que se necesitan y es muy difícil.”

 

No es el único de estos proyectos que se llevan a cabo en nuestra ciudad. En Cuenca también existe la equinoterapia, que es realizada con caballos, pero con perros es el primer proyecto que existe. En Madrid incluso se está trabajando en algunos hospitales públicos con estos animales.

 

“Hay vivencias que valen por todo el sufrimiento que has pasado”

Y es que en terapias como esta los únicos que aprenden y mejoran no son sólo los pacientes. Una vivencia así también aporta experiencia y sentimientos a los terapeutas, como nos le ocurre a Luis: “Hay momentos puntuales donde ves el estado de aislamiento de los pacientes, pero cuando interactúan con el perro y mejoran, eso te llena y te gratifica. Un ejemplo de ello fue cuando un niño con autismo que solo ha dicho 4 palabras en su vida y gracias al trabajo que hicimos con el perro logró decir otra nueva. Esos momentos te ayudan y valen por todo el sufrimiento que has tenido que pasar.”

 

Diego Aragón

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