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Por Redacción
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sábado 26 de noviembre de 2011, 12:18h

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Ya han pasado unos días desde las Elecciones Generales del 20-N en las que resultó ganador el PP. Mi partido, el PSOE, ha sufrido un gran descalabro y una importantísima sangría de votos. Esta derrota puede tener miles de lecturas, una por ciudadano, pero lo que está claro es que esta grave crisis internacional como en todos los países de Europa nos ha pasado factura, como también lo han hecho las medidas duras y alejadas de nuestra ideología que tuvo que tomar nuestro Presidente, José Luís Rodríguez Zapatero, para evitar que España fuera intervenida como lo ha sido Grecia o Portugal.

 

Todo eso ya es pasado y ahora lo que nos toca a los socialistas es reflexionar y eso es lo que pretendo en este artículo. Tampoco quisiera dejar pasar mi reconocimiento a la loable decisión de liderar estas elecciones del compañero Rubalcaba, que ha tratado de ilusionar a la militancia y al electorado en un momento político casi imposible de digerir. Rubalcaba siempre ha sido un valor seguro en este Partido y seguirá siéndolo por muchos años, hay que tener una gran responsabilidad y un compromiso encomiable con las siglas para afrontar la carrera como él lo ha hecho.

Hoy ya es futuro,  borrón y cuenta nueva.  El PSOE debe recuperar la esperanza e ilusión porque es un partido político clave en la vida política española. Baste lo que se ha hecho desde los gobiernos del PSOE, lo bueno (mucho) y lo malo

Parto de la base de que el Partido Socialista tiene que volver a las calles y recuperar la POLÍTICA. Hemos estado muy centrados en la gestión y el gobierno de las administraciones y trabajando con entusiasmo desde la oposición, pero los ciudadanos están hartos del sistema y de las estructuras políticas. Es hora de darle una vuelta a la participación interna y de recuperar la frescura del contacto con la sociedad, participando en todos los ámbitos para luchar por nuestra ideología socialdemócrata, pues en este país que sociológicamente es progresista no es lógico que un buen número de ciudadanos nos dé la espalda en momentos tan críticos. Es el momento de iniciar el debate sobre la modernización de España, sobre las nuevas tecnologías, la innovación, la garantía del estado del bienestar, poner al día nuestra política económica y social... En resumen: hay que rejuvenecer las ideas.

Los socialistas tenemos que abrir los oídos, los ojos  y las puertas de la CASA DEL PUEBLO. Para  ello es necesario que apostemos por una regeneración de la clase política y sobre todo de las formas y las ideas. Debemos ser ejemplares y así los políticos dejaremos de ser un problema para los ciudadanos y nos convertiremos en una solución a las graves dificultades por las que atraviesan desde una ideología socialista.

Pero para que los ciudadanos vuelvan a confiar en nosotros es necesario que previamente nos aclaremos nosotros mismos. Es el momento de la unión y la militancia, de la participación interna en la toma de decisiones, de actuar teniendo en cuenta a los militantes y simpatizantes   para que todos nos volvamos a sentir parte integrante y decisiva de este Partido Socialista. Es el momento de la evolución ideológica, hacerlo de y para las bases, con valentía y sin imposiciones, sin temor, sin líderes “TELEdirigidos”, ni “GURUS” interesados o indignados.

Los procesos congresuales que se avecinan nos darán la oportunidad de llevar  a efecto lo que todos los militantes (y lo que es más importante los ciudadanos que nos dan y nos quitan la confianza) deseamos firmemente: un proceso de cambio para vincular nuestras ideas con la sociedad a través de un debate sin vacilaciones de una forma clara, decidida y sin ocurrencias de última hora. Si somos capaces de hacerlo sacaremos al Partido Socialista de su etapa de letargo e hibernación.  Es el momento de la renovación interna, que más que de caras tiene que ser de ideas porque, si uno de los dos pilares falla, el edificio se terminará desmoronando ante cualquier pequeño movimiento sísmico.

Los próximos meses serán cruciales para el futuro del PSOE, desde la Ejecutiva Federal hasta la última asamblea local. Pero no debemos cambiar por cambiar, no nos pasemos de frenada porque para cambiar a las personas primero habrá que analizar cada caso, a ver si vamos a hacer una catarsis excesiva y el resultado va a ser peor. La reflexión de cada uno de nosotros permitirá encauzar una nueva etapa (quizás la más dura) de la época democrática.

Para terminar, me permito, desde esta humilde reflexión pública, pedir a todos los/as compañeros/as de siglas participación, aportando ideas con la responsabilidad que siempre nos ha caracterizado, porque ahora mas que nunca tenemos que seguir siendo SOCIALISTAS.

 

Ramón Pérez Tornero
Twitter: @Ramon_Perez_T

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