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Hayek en Toledo

Por Redacción
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localcuencanewses/5/5/16
domingo 09 de septiembre de 2012, 23:56h

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En un conocido Hotel de la capital de nuestra región, María Dolores de Cospedal hizo el que para mí, ha sido su discurso más importante. Meses antes de las elecciones autonómicas y ante un grupo de personas destacadas de la región fue desgranando sus líneas a seguir en lo que podía ser en ese momento su futuro gobierno, una hoja de ruta que basaba sus cimientos en liberales como Hayek, Milton Friedman o Alexis de Tocqueville.

 

No había percibido hasta ahora señales diáfanas de esta inspiración, ya que el orden en las cuentas y la austeridad puede ser perfectamente propio de un cristianodemócrata europeo, que es la rama preponderante en el partido. Pero tengo que reconocer que esta semana mis dudas se han aclarado tras el anuncio de la eliminación de los sueldos de los diputados autonómicos y su reducción a la mitad, y no sólo por el ahorro económico y el elemento pedagógico que entraña, sino por su capacidad para mejorar la clase política.

He de decir previamente una cosa: en este país, los políticos electos están mal pagados, dicho de otra forma, el problema de la clase política no está en que Leire Pajín ganase varios sueldos en su época de ministra, sino en el propio hecho de que alguien como ella llegase a ministra. Con esta ley electoral una subida de sueldos sólo haría que los mismos políticos ganasen más dinero.

Es por ello que esta alternativa me parece la más eficaz, teniendo en cuenta que no veo a los partidos muy dispuestos a cambiar la ley electoral, ya que pone a los políticos de partido en un auténtico dilema: los cargos con auténtico poder de decisión y capacidad para granjearte adhesiones y agradecer favores es ahora el puesto menos atractivo económicamente y más difícil de conseguir. Estas personas preferirán colocarse en empresas públicas o fundaciones, pero corren el riesgo de que no lo consigan ya que dependerán ahora de candidatos electos que sí han aceptado el puesto por tener un perfil más independiente.

En el artículo anterior afirmé que los políticos trabajaban y mucho, y que en realidad ese era el verdadero problema, dicho de otro modo, uno de los elementos que han hecho inviable nuestro Estado es el haber tenido a diecisiete parlamentos trabajando a destajo para aprobar leyes, decretos o reglamentos, en muchos casos contradictorios entre sí. Bien parece que el espíritu de esta medida es el de moderar y reducir la carga legislativa del parlamento regional, lo cual influirá determinantemente en la eficacia del marco legislativo autonómico.

Cuando a esta medida se le sume la reducción de concejales aprobada por el gobierno va a producir un recorte considerable de cargos a repartir, aumentando, por lo tanto, la competencia y anulando gran parte de los incentivos que ahora tienen personas mediocres de los partidos que pretenden hacer carrera política a costa de la obediencia ciega al partido.

Este hecho sería, en realidad, revolucionario, y podría producir una mejora general de la clase política; un desplazamiento de cargos electos independientes y sin obediencia ciega al partido llevará inevitablemente a una reducción de cargos intermedios y de libre disposición, ya que habrá menos bocas que callar, menos promesas que cumplir y trabajo que agradecer. El siguiente paso hacia una reforma electoral de listas abiertas ya no sería una quimera.

El último efecto que ha tenido esta medida es el de descolocar al resto de los partidos: mientras a UPYD le estalla su incongruencia entre criticar constantemente a la clase política y pedir que haya más políticos para aumentar su representatividad, el PSOE, tras un titubeo considerable apela a un débil y poco eficaz cliché que afirma que sólo los ricos podrán ser políticos, lo cual resulta ridículo, porque sólo las dietas doblan el salario mínimo.

Esta consigna facilona ha sido hondeada por personas como Elena Valenciano, sí, utilizando las simplezas típicas con el mayor de los desparpajos y sin ningún rubor en recitar el argumentario del partido por muy flojo e inconsistente que éste sea sin temor a hacer el ridículo; obviando que precisamente el espíritu de la medida es el de acabar con políticos tan mediocres y serviles como ella.

 

 

Pablo Muñoz Miranzo
Twitter: @pablommiranzo

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