La prevención de los efectos del calor es posible en gran medida porque la Agencia Estatal de Meteorología en la actualidad es capaz de predecir las temperaturas máximas y mínimas con elevada fiabilidad y con 5 días de antelación. Las temperaturas umbral y las previsiones son los parámetros utilizados para activar los diferentes niveles recogidos en el Plan.
Cada uno de los cuatro niveles se activan en función del número de días que, dentro de los cinco siguientes, se prevea que pueden superar las temperaturas umbrales, tanto mínimas como máximas, en cada provincia.
Niveles y ola de calor
El nivel 0 (verde), es de ausencia de riesgo y se da cuando en los siguientes cinco días no se prevé que se superen en ningún momento esas temperaturas. El nivel 1 (amarillo), que es de bajo riesgo, se activa cuando se espera de uno a dos días con temperaturas que superan los umbrales.
El nivel 2 (naranja), es considerado de riesgo medio, y se activa ante la llegada de tres a cuatro días con temperaturas por encima de las umbrales.
Por último, el nivel 3 (rojo), es de alto riesgo y se activa cuando se espera que se superen las temperaturas umbrales en cada uno de los cinco días siguientes.
La exposición a fuertes calores constituye una agresión para el organismo y corremos el riesgo de deshidratación, agravamiento de enfermedades crónicas o de sufrir un golpe de calor. Los deportistas, los trabajadores manuales expuestos al calor, los lactantes y los niños, las personas mayores, las personas con alguna minusvalía o enfermedad crónica son particularmente sensibles a los golpes de calor.
Medidas recomendadas
Para prevenir ese riesgo se deben adoptar las medidas recomendadas por la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales, como protegerse del calor, refrescarse, beber y comer regularmente, pedir consejo a nuestro médico y no dudar a la hora de ayudar o pedir ayuda.
Ante las altas temperaturas debemos alertarnos si detectamos síntomas como calambres musculares en los brazos, las piernas o el vientre, agotamiento, más grave, que puede manifestarse por aturdimiento, debilidad e insomnio inhabitual. En estos casos, es necesario suspender toda actividad durante varias horas, refrescarse y descansar en un lugar fresco, beber agua, zumos de frutas y consultar al médico si persisten o se agravan.