La Fundación Antonio Pérez acoge hasta el próximo día 3 de abril las obras de dos de los más grandes fotógrafos españoles de todos los tiempos (ganadores ambos del Premio Ortega y Gasset de Periodismo), Gervasio Sánchez y Ricky Dávila, en una exposición que lleva por título “Dos Miradas Necesarias”, el mismo nombre con el que se ha bautizado al Seminario que se va a desarrollar el próximo 29 de marzo en la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) tiene en Cuenca y que va a contar con la presencia de ambos fotógrafos. El acto de presentación ha contado con la presencia del fotógrafo Ricky Dávila; el presidente de la Diputación Provincial, Juan Ávila; el director de la UIMP en Cuenca, Juan Miguel Ortega Terol; el presidente de honor de la Fundación, Antonio Pérez; y el comisario de la muestra, Santiago Torralba.
Una vez más la fórmula de la colaboración institucional, en este caso entre la UIMP y la Fundación Antonio Pérez, dependiente por la Diputación Provincial de Cuenca, contribuye al enriquecimiento de la vida cultural de nuestra ciudad. Ricky concurre a esta doble cita con una sus colecciones de fotografías más importantes y también más impactantes, “Ibérica”, probablemente la que mejor defina su trabajo, en el que se combinan la intención documental y la dimensión artística. Sus fotografías en blanco y negro dejan ver al artista que está detrás del objetivo: un hombre testigo del tiempo que le ha tocado vivir, ávido observador de una sociedad en constante cambio, que le interesa, que le preocupa y, a cuyos protagonistas retrata, alejándose de cualquier estereotipo, de todo prejuicio. No hay concesiones a lo superfluo ni al ornamento
En esta ocasión, las posibilidades arquitectónicas de la Iglesia del Antiguo Convento de las Carmelitas, han hecho posible multiplicar esta sensación de absoluto. En la parte frontal del espacio se han colocado 45 fotografías en nueve columnas y cinco filas con dos centímetros de separación entre ellas hasta una altura de casi seis metros. Ahora ya no son pares de ojos aislados en los que nos vamos mirando a medida que recorremos la sala. Aquí son 45 pares de ojos compactados que nada más entrar nos miran y nos desafían. Ante ellos tal vez hallemos respuestas o quizás, al contrario sean las preguntas las que nos invadan y, sin lugar a dudas, nos incomoden.
Por su parte, Gervasio nos presenta su trabajo realizado en Sierra Leona junto al misionero Chema Caballero. Sus instantáneas nos confirman que no estamos ante un reportero de guerra más, sino ante un firme e incansable defensor de los derechos humanos que recurre a su cámara fotográfica para testimoniar los abusos y las barbaries que se cometen en los conflictos bélicos. La fotografía de Gervasio Sánchez, transciende mucho más allá del puro lenguaje fotográfico y se convierte en denuncia constante ante la injusticia de la guerra y de sus consecuencias, en un intermediario infatigable entre el olvido y el dolor de las víctimas que son la única verdad incuestionable de las guerras. Su trabajo se convierte en testimonio necesario y vivo ante el olvido.
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