“Más allá de su uso como herramienta electoralista, los ciudadanos deben ejercer su derecho al voto sabiendo lo que conlleva en un asunto (la ubicación de una instalación para el almacén de residuos nucleares de alta actividad) que marcará la vida durante más de un siglo a una parte significativa de la provincia de Cuenca, ¡basta ya de políticas energéticas oscuras e incompletas!”, insiste la portavoz de la Plataforma.
La Plataforma Contra el Cementerio Nuclear en Cuenca, plantea unas preguntas muy claras a los políticos que quieren representarnos a partir del 20N: “¿Cuál es su posicionamiento en cuanto a la instalación de un cementerio nuclear en Cuenca y en Castilla la Mancha?, ¿Qué apuesta energética van a apoyar después del 20N, pondrán calendario de cierre a las centrales nucleares?
“Una vez más, nos mostramos en contra de la instalación de un cementerio nuclear en Cuenca, en Castilla la Mancha ni en ningún otro municipio del Estado, mientras que las centrales no tengan fecha de cierre, mientras no sepamos los residuos que hay que almacenar y sobre todo, mientras no se llegue a una decisión consensuada entre políticos, organizaciones ecologistas y ciudadanos” reitera su portavoz.
“La candidatura de Villar de Cañas, nunca debería llegar a hacerse realidad, puesto que la gente del pueblo no ha sido bien informada, los vecinos no conocen lo que se nos vendría encima y no se puede pedir el voto con medias verdades, como se ha hecho en nuestro pueblo. Nadie habla de los riesgos de éstas instalaciones y los problemas que conllevará un transporte constante de residuos por nuestras carreteras. Fijaos en Fukusima, un gran número de gente que nunca podrá volver a sus casas, mucha gente además, padecerá enfermedades debidas a la radiación… Ningún alcalde de un pueblo debería tomar una decisión tan grave por nosotros”, apunta Olga Bravo de la Plataforma Contra el Cementerio Nuclear en Cuenca y vecina de Villar de Cañas. “El procedimiento, debe seguir paralizado y desestimarse” insiste Bravo.
En estos días se ha conocido la decisión del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de limitar el tiempo que pueden estar los residuos nucleares (combustible gastado) en las piscinas de las centrales. Esto supone presionar al Gobierno entrante para que tome una decisión a corto plazo sobre la ubicación del Cementerio Nuclear que, por lo viciado del procedimiento, se resolvería de forma antidemocrática. También abre la puerta a prolongar la vida útil de las Centrales Nucleares. En todo caso, existe una alta probabilidad de que circulen por nuestra región buena parte de los residuos nucleares independientemente del destino final del ATC.
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