La girola de la Catedral de Cuenca se llenó de espiritualidad y emoción el pasado miércoles, 13 de agosto, con el concierto “Epistolae. Hildegard von Bingen y su correspondencia”, dentro de la programación del festival Mirabilia 2025. La música de la abadesa alemana del siglo XII, mística, investigadora y Doctora de la Iglesia, resonó con fuerza en un espacio cargado de historia, en un espectáculo que conmovió profundamente al público.
El concierto se abrió con el canto O eterne Deus, interpretado por la soprano Pamela Petsch y acompañado por la viola de Susanne Ansorg, en un inicio lleno de simbolismo que además estuvo dedicado a la memoria de la cantante María Jonas, maestra de ambas y colaboradora del festival, fallecida el pasado año.
En el escenario de la girola, los músicos desplegaron un programa que alternaba las composiciones de Hildegarda con la lectura de sus cartas dirigidas a figuras como Bernardo de Claraval, las monjas de Rupertsberg o Elisabeth de Schönau. La interpretación corrió a cargo de un elenco de prestigio en la música medieval: el cantante francés Erwan Picquet, la organista Cristina Alís Raurich, el arpista Manuel Vilas, el percusionista Pere Olivé y los violistas Susanne Ansorg y Enrique Pastor.
Entre los momentos más destacados, sobresalieron la pieza O Orzchis ecclesia, acompañada por el órgano portativo medieval; el delicado dúo vocal de O frondens virga; la solemnidad del Magnificat y la intensidad de O rubor sanguinis. La velada culminó con el vibrante O Jerusalem aurea civitas, interpretado de forma conjunta por todos los músicos y coreado por un público que respondió con una prolongada ovación.
El concierto, profundamente marcado por el homenaje a María Jonas, fue mucho más que una propuesta musical: se convirtió en un viaje espiritual por el universo sonoro y epistolar de Hildegarda von Bingen, en perfecta sintonía con el espíritu del festival Mirabilia, que este año gira en torno a la figura de Tomás Becket y su época.
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