El doctor en Biología Juan Pablo Castaño ha publicado su nuevo libro “La conservación del águila imperial ibérica en Castilla-La Mancha”, una obra que analiza en detalle la situación actual de esta especie catalogada en peligro de extinción, repasando su evolución en los últimos 40 años y los principales retos que enfrenta su conservación.
Se trata de la segunda publicación del autor sobre la especie en la región y aporta información actualizada sobre su ecología, dinámica poblacional y amenazas emergentes. El libro incluye más de un centenar de fotografías realizadas por el propio Castaño, además de gráficos y tablas que ilustran la abundante información científica que recoge.
El autor destaca que en los últimos 15 años el águila imperial ibérica ha experimentado un crecimiento notable en toda España, pasando de las 126 parejas estimadas en 1990 a casi 900 en 2023. Castilla-La Mancha se sitúa como la comunidad que concentra la mayor parte de la población mundial, con unas 460 parejas reproductoras en 2024, y la provincia de Toledo registra la mayor densidad de ejemplares.
Según Castaño, este éxito se debe a la coordinación entre administraciones públicas, ONGs, compañías eléctricas y otros agentes implicados, con el apoyo de fondos europeos como LIFE y FEDER, que han permitido reducir la mortalidad, especialmente la causada por electrocuciones en tendidos eléctricos. Sin embargo, advierte de que esta sigue siendo una de las principales amenazas, ya que cada año provoca la muerte de decenas de águilas y centenares de otras rapaces, lo que hace “imprescindible” continuar adaptando las infraestructuras eléctricas.
La obra también alerta sobre nuevos riesgos derivados de la transformación de hábitats a gran escala, como la expansión de energías renovables, cultivos superintensivos y grandes regadíos, que podrían comprometer la viabilidad de algunas poblaciones si no se aplican medidas específicas.
El libro subraya, además, los avances científicos y tecnológicos que han facilitado un mayor conocimiento de la especie. La implantación de emisores GPS-GSM, por ejemplo, ha permitido un seguimiento exhaustivo de los movimientos, uso del hábitat y mortalidad de las águilas, información clave para su gestión. A esto se suman los censos y el control de la reproducción, coordinados por la Junta de Comunidades con el apoyo de agentes medioambientales, que han sido determinantes para registrar el aumento poblacional.
No obstante, Castaño señala la necesidad de reforzar los medios humanos y técnicos destinados a esta labor, dada la magnitud del reto que supone controlar un número tan elevado de nidos en una región que concentra casi el 40% de la población mundial de la especie.
La obra también repasa la historia de la conservación del águila imperial desde los primeros censos nacionales de 1989, destacando actuaciones como la protección de hábitats críticos, la revisión de tendidos eléctricos, la prohibición del veneno o la implicación de propietarios de fincas. Asimismo, el autor subraya la importancia de la concienciación social y el cambio de mentalidad hacia las grandes rapaces, que ha contribuido a frenar prácticas como el envenenamiento o los disparos.
Castaño reconoce en su libro la labor de agentes medioambientales, técnicos de vida silvestre, personal de centros de recuperación de fauna y propietarios de fincas, cuyo esfuerzo ha sido decisivo para la conservación de la especie. Además, subraya que su obra no solo pretende aportar conocimiento científico, sino también sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de preservar el patrimonio natural, del que el águila imperial ibérica es uno de sus símbolos más emblemáticos.
Dirigida tanto a especialistas como al público general, la publicación utiliza un lenguaje accesible que facilita la comprensión de los términos científicos, con el objetivo de acercar la conservación de esta emblemática especie a toda la ciudadanía.