“Nadie muere del todo mientras no se le olvida”. Esta es una frase muy utilizada pero para quienes tenemos marcado el 24 de enero en nuestras agendas para recordar a nuestros compañeros asesinados bajo las balas fascistas hace ahora treinta y cuatro años y para rendir homenaje y reconocimiento a quienes con sus vidas, como otros muchos españoles, pagaron las consecuencias y reacción violenta de nostálgicos franquistas que no aceptaban el cambio político y social que se estaba dando en España. Pagaron con su vida el derecho a la libertad de todos y para todos.
Para los hombres y mujeres de CCOO recordar a nuestros compañeros del despacho de abogados laboralistas de CCOO situado en el número 55 de la calle Atocha: Javier Sauquillo, Javier Benavides, Enrique Valdelvira, Serafín Holgado y el sindicalista de Casasimarro, Ángel Rodríguez Leal es un ejercicio de orgullo y memoria, como una reivindicación del futuro libre, democrático y asentado en derechos laborales y sociales.
Unos derechos laborales y sociales que, treinta y cuatro años después, por mor de las circunstancias económicas y de las decisiones de los gobiernos, más pendientes de la dictadura de los capitales y de los mercados que de sus ciudadanos y trabajadores, están siendo desmoronados y atacados; para lo que la acción y el trabajo de Comisiones Obreras y los sindicatos de clase sigue siendo fundamental para defender las conquistas sociales y políticas como se demostró coherentemente en el proceso difícil y complicado de la transición a la democracia.
33 años después del atentado de Atocha, la lucha de aquellos jóvenes asesinados en el despacho laboralista sigue tan viva como siempre, porque esa lucha es inseparable de la condición humana a lo largo de la Historia. Lucharon por todos, con las únicas armas de la palabra y del Derecho. Y todos les debemos nuestra memoria, nuestro afecto y nuestro compromiso.
Un compromiso renovado y reforzado por mantener nuestro Estado social y de bienestar y recuperar derechos que ahora están siendo atacados y mermados. Vengan de donde vengan estos ataques van a tener enfrente a CCOO, pues como decía nuestro Marcelino Camacho, premiado junto a Nicolas Redondo por la JCCM con los premios ABOGADOS DE ATOCHA en la edición de este año, “ni nos doblaron, ni nos doblegaron ni nos van a domesticar”. Para nosotros tanto el legado de Marcelino como el de los jóvenes abogados y sindicalistas asesinados en 1974 siguen presentes, pues como escribió el poeta francés Paúl Eluard: “si el eco de su voz se debilita, pereceremos”. ¡Hasta siempre compañeros¡.
UNION PROVINCIAL DE COMISIONES OBRERAS DE CUENCA