Este martes arranca en el Campus de Cuenca la nueva Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), que se estrena con un formato más práctico y con la novedad de que solo se presentará un modelo de examen por asignatura. La Universidad de Castilla-La Mancha, junto a otras 14 comunidades autónomas, acoge estas pruebas que se celebrarán durante tres o cuatro días y a las que se enfrentan cerca de 270.000 estudiantes en todo el país.
Los exámenes que realizarán los estudiantes conquenses forman parte de un proceso de preparación que comienza varios meses antes, aunque es en las semanas previas cuando se cierran las preguntas definitivas. Su elaboración recae en las comisiones organizadoras que se constituyen en cada distrito universitario.
En el caso de Castilla-La Mancha, estas comisiones están formadas por representantes de la Universidad regional, de la Consejería de Educación, y por profesorado tanto universitario como de Educación Secundaria. A partir de octubre se constituyen también las comisiones específicas por materia, que definen las propuestas de preguntas basadas en los contenidos oficiales.
Aunque la PAU 2025 se presenta con un solo modelo oficial por asignatura, lo cierto es que se elaboran varios exámenes alternativos por si hubiera incidencias o filtraciones. En algunas comunidades, como Madrid, se llegan a preparar hasta ocho versiones distintas en materias como Lengua Castellana y Literatura. En Castilla-La Mancha, el número es más reducido, pero el procedimiento es similar.
Además, los estudiantes de las diferentes modalidades de Bachillerato (Ciencias, Humanidades, Artes...) no se examinan a la misma hora, lo que requiere una logística precisa para evitar coincidencias y asegurar la equidad.
Cada comisión cuenta con un coordinador o coordinadora que es quien propone el modelo final de examen y conoce con exactitud el contenido de cada versión. Una vez que los exámenes llegan al alumnado, la supervisión corre a cargo de personal vinculado a las comisiones y a los tribunales de corrección, que trabajan en los centros designados por la UCLM, como ocurre con la Facultad de Ciencias Sociales o la de Educación en Cuenca.
Según la normativa, al menos un 40 % de los miembros de los tribunales deben ser docentes universitarios y otro 40 % corresponde a profesorado de Bachillerato, preferentemente del segundo curso.
La corrección se realiza en un plazo de cinco a siete días, con un máximo de 200 exámenes por persona. Se utilizan hojas de corrección con resultados de referencia para asegurar la objetividad del proceso.
El personal que participa en los tribunales recibe una compensación económica variable. En Castilla-La Mancha, aunque los importes pueden cambiar con respecto a otras comunidades, se siguen criterios similares: alrededor de 2,30 euros por ejercicio corregido, y entre 500 y 800 euros por la participación global en la PAU, dependiendo del número de días y del volumen de exámenes evaluados.
Aquellos que participan en las correcciones de reclamaciones pueden percibir un complemento adicional de unos 350 euros, además del pago por las pruebas revisadas.
La participación es voluntaria, y tanto docentes universitarios como de Secundaria pueden inscribirse al comienzo del curso para formar parte del proceso.