“Creo que hemos hecho un gran partido, como hicimos contra el Dorado de la Vega. Hemos jugado muy bien, pero nos ha faltado acierto en los últimos cinco minutos, que son cruciales para sentenciar”, señaló Jiménez. El técnico apuntó que la precipitación en los tiros desde seis metros y la escasez de rotaciones debido a las bajas del equipo fueron determinantes.
Jiménez recordó que la expulsión temprana de Perbela y la ausencia de varios pivotes dejaron al equipo muy justo físicamente en los compases finales del partido: “Cuando el equipo está apretado, lo acusamos mucho. Fallamos varios lanzamientos claros, y la defensa sufrió mucho con su juego de siete”.
El entrenador también destacó la intensidad física del encuentro y la efectividad de los extremos del BM Caserío como factores clave en la victoria local. “Es difícil defender cuando ellos juegan con siete. La carga física y las pocas rotaciones nos pasaron factura al final”, añadió.
A pesar de la derrota, Jiménez mantiene la confianza en su equipo y asegura que el análisis de los vídeos y el trabajo táctico permitirán mejorar en los próximos compromisos: “Estamos jugando bien, solo nos falta cerrar los partidos y mantener la efectividad en los momentos decisivos”.