El joven, responsable de realizar un graffiti, ha participado activamente en la limpieza y reparación de los daños ocasionados, asumiendo su responsabilidad desde el primer momento. Esta actuación ha sido valorada como un ejemplo de cómo las respuestas educativas pueden generar un impacto real y duradero.
Según la Policía Local, este tipo de medidas van más allá de la simple sanción económica, permitiendo al infractor restaurar lo afectado, reflexionar sobre sus acciones y comprender el daño causado. La institución destaca que cuando la respuesta es educativa, el aprendizaje se profundiza y se mantiene en el tiempo.
En palabras del cuerpo policial, “en una ciudad como Cuenca, cada gesto cuenta. Construimos ciudad cuando construimos conciencia”, subrayando la importancia de inculcar valores de respeto y responsabilidad a través de la práctica y la reflexión.