La Diputación de Cuenca ha dado luz verde a los presupuestos generales para 2026 tras alcanzar un acuerdo histórico por unanimidad entre los grupos políticos, un hecho que no se había registrado desde que existen registros en la institución. Así lo destacó el presidente Álvaro Martínez Chana, quien calificó la aprobación como “un día histórico” y subrayó que el logro es fruto del compromiso de las personas “que deciden dar un paso en sus pueblos para mejorar la vida de los vecinos”.
Martínez Chana agradeció el trabajo del personal que ha hecho posible la elaboración de las cuentas y la disposición del Partido Popular para presentar enmiendas que enriquecieran los presupuestos, resultado de un consenso que ha permitido obtener el voto favorable de todas las bancadas.
Con estos presupuestos, que superan los 130 millones de euros incluyendo el Organismo Autónomo de Recaudación, la Diputación asegura la hoja de ruta para 2026, ofreciendo recursos para los ayuntamientos, el tejido asociativo y empresarial, y reforzando los servicios que presta la institución. Entre las inversiones destacadas, Martínez Chana señaló la construcción de la nueva planta de residuos con 10 millones de euros presupuestados, el impulso a los planes de empleo y talleres de recualificación profesional, la promoción turística vinculada al eclipse, el apoyo a la cultura, a los servicios sociales y al deporte, así como un incremento histórico de más del 82% en la inversión en carreteras y caminos.
Por su parte, la vicepresidenta tercera y diputada de Hacienda, Enma Cano, destacó que la situación financiera saneada ha permitido presentar un presupuesto “realista y riguroso pero también ambicioso”, destinado a fortalecer los servicios públicos, apoyar a los municipios y promover un desarrollo sostenible para toda la provincia.
El diputado del Grupo Popular, Martín Lapeña, calificó la jornada como “no un día cualquiera”, resaltando que los presupuestos representan una forma de hacer política y gestión pública poco habitual, agradeciendo el espíritu negociador que permitió aceptar ocho enmiendas con el objetivo de mejorar la vida de los ciudadanos.