Entre los principales focos de preocupación destaca que la auditoría obligatoria, correspondiente al periodo 2024-2025, no se ha iniciado, pese a haberse dado por hecha en asambleas anteriores.
Este retraso ya ha supuesto una multa de 18.000 euros el año pasado, aún sin pagar, y podría acarrear sanciones mayores o incluso un descenso administrativo si no se entrega antes del 15 de enero de 2026.
La directiva denunció además la ausencia de documentación, falta de registros de contratos y facturación, anomalías laborales y una gestión sin estructura administrativa.
En el plano económico, el club contaba al asumir el cargo con apenas 619 euros en cuentas bancarias y una deuda superior a los 100.000 euros, además de subvenciones públicas pendientes de justificar y pagos inminentes a proveedores, Seguridad Social y al entrenador Lidio Jiménez.
La asamblea, que reunió a cerca de un centenar de socios, evidenció la preocupación del entorno del club, que mostró su apoyo a la nueva junta ante uno de los momentos más complicados de la historia reciente del BM Cuenca.