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Pensión de viudedad, ¿cómo está en Europa?
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Pensión de viudedad, ¿cómo está en Europa?

viernes 07 de junio de 2019, 15:58h

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Aunque durante muchos años ha habido un debate creciente sobre las reformas de las pensiones, así como análisis y comparaciones internacionales sobre los sistemas de pensiones, se ha prestado mucha menos atención a la protección de los supervivientes. Sin embargo, al igual que otros aspectos de la seguridad social, la protección contra el riesgo de viudez se ha construido en un contexto muy diferente al de principios del siglo XXI. Por lo tanto, podemos esperar una adaptación de los antiguos sistemas.

La seguridad social es a menudo un reflejo de una cierta concepción de la sociedad. En cuanto a las pensiones de viudedad, los acontecimientos observados muestran que se tienen en cuenta los cambios en la sociedad. Sin embargo, el principio de reversión en el que se basa la protección tradicional de la viudez se cuestiona de manera más fundamental. Leer más sobre pensión no contributiva

Aunque las mujeres no sean las únicas afectadas, nos centraremos aquí más particularmente en su situación en caso de viudez. Además, nos limitaremos a una visión general del "paisaje" que Europa ofrece en este campo.

En el resto del artículo, los países que aplican esto o aquello...., y sólo rascaremos la superficie, a pesar de su interés, de las cuestiones sustantivas planteadas por estos servicios.

La protección contra la viudez evoluciona para adaptarse a la sociedad contemporánea

El cónyuge sigue siendo el primero en recibir las prestaciones, pero no es el único y a menudo tiene que cumplir determinadas condiciones, además debe contar con los servicios de una Asesoría, que le informe de los plazos de cobro, de pagos y de obligaciones con la administración.

La mayor parte de la legislación europea prevé el pago de una prestación en caso de fallecimiento del asegurado al cónyuge, con la excepción, que parece única en la actualidad, de Letonia, que redujo significativamente el alcance de las prestaciones en 1995 al eliminar por completo la referencia al cónyuge supérstite. En otros países, el cónyuge superviviente sigue estando dentro del ámbito de aplicación, pero compite con otros beneficiarios: hijos, padres, nietos u otros miembros de la familia. En general, estas personas dependían económicamente del difunto, a veces vivían con él y no recibían prestaciones personales.

En algunos países, el cónyuge casado se opone a la duración del matrimonio (un año en Bélgica y Estonia, cinco años en Lituania, Finlandia y Noruega, diez años en Dinamarca y Rumania). Esta condición a menudo no se cumple si la pareja ha tenido un hijo.

No dude en buscar los servicios de un asesor fiscal, que le notifique los pasos a a seguir cuando fallece el cónyuge dependiendo del país de residencia en ese momento.

En caso de divorcio, el ex cónyuge también puede recibir una prestación en muchos países.

En Dinamarca, Italia, Croacia, Croacia, Hungría y Eslovaquia puede recibir una pensión de reversión si el asegurado fallecido le pagaba una pensión alimenticia. La pensión de supervivencia puede ser compartida entre cónyuges divorciados o separados y ex cónyuges, a prorrata de la duración de la convivencia (España). En Noruega, una persona divorciada que no se haya vuelto a casar puede percibir una pensión durante un máximo de cinco años tras el fallecimiento de su ex cónyuge. Es necesario mencionar aquí el sistema vigente en Alemania, denominado "splitting": en el momento del divorcio, los derechos adquiridos durante la duración del matrimonio por ambos cónyuges se totalizan y se reparten a partes iguales entre ellos. Suiza ha adoptado un sistema similar. La pareja de hecho todavía se tiene en cuenta en contadas ocasiones. Dinamarca, Hungría y Eslovenia, con la condición de la duración de la convivencia - Suecia y Noruega - a condición de que haya habido un hijo - los Países Bajos le dan derecho a una prestación. Pero este último parece ser actualmente el único estado en el que se conceden derechos a la pareja homosexual que cohabita.

En principio, en todos los países, el hecho de volverse a casar hace que el beneficiario pierda su pensión o sus derechos de pensión. En varios países, esta pérdida de derechos va acompañada del pago de una indemnización que representa unos pocos meses de la prestación. En los Países Bajos, en la medida en que se reconozca al compañero concubino como beneficiario potencial, no sólo el nuevo matrimonio sino también la cohabitación son situaciones que dan lugar a la pérdida de la prestación. Cabe señalar que en Finlandia y Noruega, el nuevo matrimonio suspende la pensión de viudedad en lugar de anularla. En efecto, tras un nuevo matrimonio, si el divorcio se pronuncia en un plazo determinado (cinco años en Finlandia, dos años en Noruega), se reanuda el servicio de pensiones.

Información ofrecida por Abogados de divorcios www.abogadoenalcala.com/divorcios/

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