Cerca de 300 personas se manifiestan en la capital para mostrar su rechazo al cierre de la factoría de Siemens Gamesa

Los trabajadores de Siemens Gamesa en Cuenca, secundados por vecinos y representantes políticos, se han manifestado esta tarde del viernes por el centro de la ciudad para exigir a la empresa que rectifique su decisión de cerrar la planta de Cuenca, dedicada a la reparación de palas de aerogeneradores, y trasladar su actividad a Portugal.

Algo más de 300 personas, según han indicado fuentes de la Policía Local, han secundado la marcha convocada por CCOO y UGT, que ha partido poco después de las 17 horas de la Plaza del Ferrocarril y ha concluido en la Plaza de España con la lectura de un manifiesto.

El presidente del Comité de Empresa de la planta de Siemens Gamesa en Cuenca, David Moreno, ha resaltado en declaraciones que estas movilizaciones buscan la implicación de toda la ciudadanía conquense.

En este sentido, ha remarcado que es prácticamente la única industria de este tamaño que tiene ya la capital provincial, y que lo que está en juego no son sólo los 51 puestos de trabajo de la factoría conquense, sino también “la empresa de limpieza, de seguridad, los transportistas, los proveedores… hablamos de otros 50 empleos más”.

Ha añadido que las ciudades “sin industria no pueden crecer”, y ha avanzado que no descartan realizar nuevas movilizaciones la próxima semana, aunque para conseguir un mayor impacto quieren acordarlas con la planta de As Somozas (A Coruña), que la empresa también tiene previsto cerrar.

En la manifestación han participado diversos representantes políticos de distintos partidos, como PSOE o Ciudadanos, y Moreno ha agradecido el respaldo político, aunque espera que se pueda traducir en “propuestas” que las administraciones presenten a la empresa y que consigan que ésta cambie de idea.

Asimismo, ha indicado que la Mesa de Negociación celebrará una nueva reunión el próximo miércoles, y van a ampliar el número de reuniones a celebrar antes del próximo 18 de febrero.

Sin embargo, ha mostrado su pesimismo por el “inmovilismo” de los negociadores de la empresa a la hora de escuchar las propuestas de los representantes de los trabajadores.