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Adif contra el ferrocarril

jueves 30 de diciembre de 2021, 12:47h

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El pleno del Ayuntamiento de Cuenca rechazó una moción, presentada por el Grupo Municipal Socialista, por la que se facultaba al alcalde para que alcance con el Ministerio de Transportes, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y la Junta de Comunidades un acuerdo, para la destrucción del ferrocarril convencional. Lo más grave de la moción, no es el nombre rebuscado (moción para la cohesión urbana...) sino las motivaciones. Justifica la destrucción del ferrocarril, alegando que es una línea obsoleta, lenta, infrautilizada y deficitaria económica, social y medioambientalmente.

Es grave que se acepten las motivaciones citadas, porque constituyen una evidencia suficiente, para denunciar a Adif por negligencia, actuación dolosa y comisión de infracciones graves en la gestión del servicio durante los últimos años.

En efecto, a la vista del estado de lamentable abandono, en que Adif tiene la línea Madrid-Cuenca-Valencia, es posible sostener que la entidad pública, creada en 2003, ha vulnerado la ley por no haber gestionado la prestación de los servicios ferroviarios de forma adecuada y haber lesionado los derechos de los ciudadanos a un transporte de calidad.

Tengamos en cuenta que, según la ley del Sector Ferroviario, Adif tendría que haber llevado a cabo su gestión con el máximo grado de eficacia, para satisfacer las necesidades de la sociedad. Según la ley, el ente público Adif debería haber asegurado la eficiencia de la línea, como parte del sistema ferroviario estatal, mediante una oportuna utilización de los recursos disponibles y en adecuadas condiciones de calidad. Por el contrario, la gestión del ente público Adif, en la línea Madrid-Cuenca-Valencia, estuvo encaminada a promover activamente el deterioro de la calidad del servicio de transporte, para que lo abandonen los ciudadanos y de esta forma acometer su destrucción final.

A la vista de la gestión realizada por Adif, la cuestión que cabría plantear es ¿cómo es posible que no pasara nada, cuando Adif ha tenido la voluntad deliberada de incumplir la ley, mediante continuas infracciones? Muy sencillo, porque el Ministerio del ramo, no ha realizado las labores de inspección del transporte ferroviario que tiene encomendadas, encubriendo las actuaciones de Adif y permitiendo que la entidad pública infrinja de forma reiterada lo estipulado por la ley.

Los más sorprendente de los gestores de Adif es que además de infringir las leyes, gestionan con cinismo. Son capaces de usar la cantinela de la eficacia y la rentabilidad, para destruir la línea de ferrocarril convencional Madrid-Cuenca-Valencia, cuando la entidad pública Adif, es el ejemplo máximo de ineficacia, ineficiencia y falta de rentabilidad. Esto es lo que podemos deducir del detallado Informe del Tribunal de Cuentas Europeo, titulado Red ferroviaria europea de alta velocidad: no una realidad, sino un sistema fragmentado e ineficaz.

Según el Tribunal de Cuentas, la preocupación de Adif por la rentabilidad brilla por su ausencia, ya que la decisión de construir líneas de alta velocidad en España se basa en consideraciones políticas. Además, con independencia del proyecto y la región, Adif no recurre a análisis coste-beneficio para sustentar una toma de decisiones rentable.

Hablando de eficacia el Tribunal de Cuentas apunta que, en muchos casos, los trenes circulan en las líneas de muy alta velocidad a velocidades medias muy inferiores (el 45 por ciento de la velocidad máxima). Por otra parte, según el Tribunal de Cuentas, existe “un riesgo elevado de gasto ineficaz” en las líneas, porque en todas (menos una) el número de pasajeros no llega a la cifra mínima estipulada.

Y para completar el panorama, el Tribunal de Cuentas Europeo dice que en la gestión de Adif los sobrecostes en las inversiones de alta velocidad son la norma y los retrasos en los proyectos habituales. Lo grave de los sobrecostes (en torno a 4 millones de euros más por cada km) es que los tenemos que pagar los ciudadanos con cargo al presupuesto.

Resulta curioso, que el Tribunal de Cuentas Europeo además de indicar que la ineficaz infraestructura ferroviaria de alta velocidad es más costosa que el ferrocarril convencional (tanto por su construcción como por su mantenimiento), proponga que se tenga en cuenta la opción de mejorar las líneas convencionales existentes, puesto que podría generar un ahorro importante en los costes.

Así que no sólo el Parlamento, la Comisión, el Consejo, el Comité de Desarrollo Regional y el Comité Económico y Social Europeos son partidarios de la mejora del ferrocarril convencional, sino que también lo es el Tribunal de Cuentas. Por lo tanto, solo un ente público, tan ineficaz como Adif, se atreve en nombre de la eficacia a destruir la línea Madrid-Cuenca-Valencia, que es una víctima de su calamitosa gestión.

Fernando Casas Mínguez

Profesor de Ciencia Política

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