Las Cortes de Castilla-La Mancha se trasladarán de su ubicación actual en el Convento de San Gil, en el Casco Histórico de Toledo, al edificio del Quixote Crea que está todavía en obras y cuya construcción lleva años paralizada desde que en 2010 se colocó la primera piedra de este inmueble en el barrio de Santa Teresa.
Así lo ha anunciado el presidente de la región, Emiliano García-Page, durante su intervención en una jornada organizada en Toledo por Europa Press.
Tras recordar que la obra del Quixote Crea fue paralizada por los recortes y que "parar la obra ha costado más que haberla terminado", ha señalado que es un edificio que "tiene que dar vida" a un barrio como el de Santa Teresa y Palomarejos, que albergará en la próxima legislatura la nueva sede de las Cortes de Castilla-La Mancha.
García-Page ha indicado que ahora las Cortes están en un sitio "limitadísimo de espacio" en el Convento de San Gil, lugar donde probablemente, ha dicho, se puedan reubicar servicios de consejerías.
Padilla dice que no es una decisión unilateral y que la UCLM la conocía
En la misma línea, preguntada por este asunto en una rueda de prensa para informar de los acuerdos del Consejo de Gobierno, la consejera portavoz, Esther Padilla, ha precisado que la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), con la que estaba apalabrado el uso del Quixote Crea, es conocedora de la intención de trasladar allí el Parlamento y, por tanto, "no ha sido una decisión unilateral" del Gobierno de Castilla-La Mancha.
A su juicio, en el Quixote Crea se podrá dar "un espacio muy digno" a las Cortes en el centro de la ciudad, mientras que sobre el Convento de san Gil, actual ubicación, ha dicho que "es un edificio maravilloso pero no el más operativo" porque, además, es previsible que el Parlamento crezca no solo en número de diputados sino también en los servicios que va a prestar.
Ha incidido en que el Convento de san Gil "limita" las posibilidades y actividad del Parlamento, que no sólo es la celebración de comisiones o plenos, al tiempo que ha confirmado que seguirá en uso como dependencia de la Junta de Comunidades y permitirá redistribuir los servicios que hay en el Casco Histórico e incorporar otros que están fuera y ayudar así también a la revitalización de esta zona de la capital castellano-manchega.
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