El alcalde de Cuenca, Juan Ávila, ha realizado hoy una valoración de los cien primeros días de gobierno municipal, un periodo de tiempo “muy intenso” que, según ha dicho, “ha estado marcado por la presión de los acreedores que, día tras día, amenazan con cortar servicios básicos como la luz o el gas al Consistorio”.
Ávila se ha referido a la “catastrófica situación económica” de las arcas municipales que “no deja margen de maniobra para trabajar”. En este punto, ha recordado la herencia del Partido Popular: 6.300 facturas impagadas por importe de 23 millones de euros y 40 millones de deuda con los bancos.
Pese a todo, el primer edil conquense ha reiterado que esta circunstancia “no nos paraliza, sino que nos sirve de acicate” y ha asegurado que, en los últimos cien días, el nuevo equipo de Gobierno “ha comenzado a cumplir sus compromisos electorales”.
En este punto, Ávila afirmó que el Ayuntamiento ha dado los pasos necesarios para pagar 3 millones de euros en facturas pendientes, pues “el pago a los proveedores era, como todo el mundo sabe, nuestro principal compromiso”.
Por otra parte, el alcalde afirmó que también se han dado los pasos necesarios para mejorar la gestión económica del Ayuntamiento y priorizar el ahorro. Así, recordó que se ha puesto en marcha un sistema de control del gasto “para acabar con las facturas en los cajones”.
Ávila también se refirió a algunas de las medidas de ahorro que se han tomado en el Ayuntamiento de Cuenca desde el mes de junio y que pasan por la reducción de 14 a 9 de las personas con dedicación exclusiva o la rebaja de un 5% en el sueldo de los concejales. No obstante, anunció que en el mes de octubre se presentará el Plan de Sostenibilidad Económica que están elaborando los servicios municipales, con la asistencia de la consultora Price Waterhouse Cooper.
Finalmente, el alcalde valoró positivamente el acuerdo alcanzado con el Ministerio de Fomento y ADIF para cerrar “definitivamente y por primera vez” un texto para el protocolo para el desarrollo de los terrenos de RENFE. “Por fin hemos puesto por escrito lo que hasta ahora habían sido sólo palabras y eso es muy, pero que muy importante”, remarcó.
Y es que Ávila considera que este protocolo “es el primer paso para resolver el mayor problema urbanístico de la ciudad” y apeló al entendimiento institucional para “sacarlo delante de una vez por todas”.
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