¿Se han preguntado qué pasaría si Cuenca pidiera independencia? Me refiero a amenazar con ella, claro, sin llegar al final, para ver qué nos daría el gobierno. Claro que, también podemos pedir que nos devuelvan nuestra deuda Histórica, la cual antes nos la tendríamos que inventar como lo han hecho otras comunidades. ¿Sería esta la solución a nuestros problemas? Lamentablemente no.
La razón es que las políticas redistributivas de la renta, bueno, y en realidad cualquier política, tiende a generar ciertos efectos en la economía pero generalmente muy limitados, dispersos y con consecuencias colaterales negativas. Por ejemplo Cataluña, que ha sido mimada por todos los gobiernos desde los Austrias, actualmente, y tras décadas de nacionalismo –un tipo de socialismo, por cierto- ha visto cómo ha ido perdiendo dinamismo siendo superados por autonomías que no dedican el dinero a proyectos identitarios. Más cercano es el caso de nuestra región, que lleva recibiendo dinero del resto de los ciudadanos españoles y europeos durante décadas y seguimos exactamente en los mismos puestos de desarrollo que teníamos desde principios de siglo XX.
La razón es que por mucho dinero que se reciba del exterior lo importante es qué se hace con éste, y básicamente en nuestra región, al igual que en Andalucía, los gobiernos se han dedicado a generar un régimen para instalare en el poder, utilizando los problemas de los ciudadanos como resorte para generar dependencias y clientelismos.
Unos responsables que, por cierto, acaban de realizar un “documental”, el cual, me ofrece alguna que otra duda sobre su veracidad y rigurosidad; y no sólo porque se trata de un desfile de miembros del propio partido hablando de su negociado, sino por su debilidad muestral, me explico: un 47 % de las personas nacidas en Cuenca viven fuera de la provincia, aunque sólo sea por mera probabilidad los autores podrían haber entrevistado a alguna persona que haya tenido que irse de su pueblo o de la capital por no encontrar trabajo, y no tener esperanzas de futuro en el sitio donde nacieron.
Este dato refleja como ningún otro el gran fracaso del gobierno a la hora de intentar crear prosperidad en la provincia, anulando cualquier atisbo de dinamismo económico, expulsando cualquier inversión y centrando su economía en las subvenciones, los subsidios y el crecimiento del sector público hasta hacer a la región inviable.
Todas las manifestaciones que se están produciendo en las calles por los distintos recortes en el sector público, no son sino un síntoma, los estertores de un modelo ineficaz y acabado que nos ha llevado a la ruina. Dicho de otra forma, los 60.000 conquenses que viven en Madrid no tuvieron si quiera la posibilidad de protestar por nada, simplemente hicieron las maletas y abandonaron su casa para forjarse un futuro que el gobierno autonómico le negaba.
Y es que, siendo sincero, no conozco a nadie que se haya mudado a un pueblo porque este tenga colegio o centro de salud; estas personas lo hacen porque hay una fábrica, un hotel o posibilidades de trabajar en general: el verdadero problema que está matando a estos municipios no son los servicios públicos, sino el hecho de que no haya trabajo, ni prosperidad, ni futuro.
No nos engañemos, los 53.000 conquenses que ahora viven en Valencia no se mudaron porque ésta tuviera más institutos o centros de salud, fueron buscando oportunidades para desarrollar unos proyectos de vida que nuestra región no supo facilitar.
Sólo cambiando de mentalidad, repensando el papel que tenemos los conquenses en el mundo globalizado, premiando la iniciativa individual y explotando nuestras capacidades y fortalezas podremos revertir esta situación, y lo mejor es que no estamos solos: para ello seguiremos teniendo la ayuda económica del resto de los ciudadanos españoles, sólo falta no desaprovechar la enésima oportunidad que hemos tenido, sólo falta coger el próximo tren.
Pablo Muñoz Miranzo
Twitter: @pablommiranzo
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