La hora de los ciudadanos

A nadie se le escapa que en nuestra ciudad el PSOE podría llegar sin demasiados quebraderos de cabeza a un acuerdo de investidura con IU. Así, a la postre, teniendo en cuenta la ajustada victoria de Mariscal, todo depende de la formación anaranjada, cuya principal representante, como no podía ser de otra forma, se deja agasajar de mil amores. Aunque a día de hoy todo parece estar en el aire (in fieri), permítanme elucubrar sobre la realidad que nos proporcionan los hechos (factum).

Es curioso que C´s, viéndose tras las elecciones en una posición privilegiada, anunciara su intención de abstenerse para que gobernara la lista más votada. Sobre todo cuando desde la dirección de su propio partido han elaborado un documento base donde se dejaba bien claro que la posición de inicio, previa a las negociaciones, es el voto en contra. ¿Hubieran actuado igual si Ávila estuviera por delante en el tanteo?

De cualquier manera, no tomar posición es el peor de los posicionamientos. Aunque bien cierto es que, incluso absteniéndose, estarían tomando partido por omisión. El que calla, o bien no dice nada –que es la milonga que muchos venden- o bien otorga -como ocurre con los que ven con buenos ojos el río que pasa por su puerta día tras día-. Y no lo dice un servidor, sino los propios dirigentes de C´s, quienes antes de las elecciones mandaban un sencillo y poderoso mensaje a sus potenciales simpatizantes: votarnos tendrá consecuencias, pasarán cosas en el resto de partidos. Ahora bien, si entre Pinto y Valdemoro tenemos precisamente un arroyo, como dice la leyenda, y nos da por nadar y guardar la ropa, apaga y vámonos… a otro partido, claro está. Otra cosa sería nadar a contracorriente, unos dicen que a contracorriente de las urnas, otros que a contracorriente de los previsibles pactos. Cuenca, única en su especie, algo poco corriente, siempre a contracorriente.

En su aniversario, Ciudadanos se encuentra en un lugar ciertamente envidiable y poderoso, pero también peligroso y resbaladizo. El próximo día 13, y si IU no sale por peteneras, C´s marcará el futuro de nuestra ciudad durante los próximos años, cierto, pero no debemos olvidar que a nivel nacional ayudará a determinar su destino para las próximas elecciones generales y que, tomen el posicionamiento que tomen, la decisión final deberá ser aprobada por la Ejecutiva Nacional de su partido. ¿No es acaso Cuenca, a tenor de las noticias, un buen laboratorio para demostrar que la regeneración que pretende C´s es algo más que meras buenas intenciones?

Con la abstención, mirando para otro lado, a pocos conseguirán convencer de que son algo más que una cáscara vacía. Mójense y expliquen su decisión. Hagan honor a su nombre y representen a esos ciudadanos que quieren ser escuchados. Reconozcan que es su tiempo, la hora de los ciudadanos, con minúscula, y actúen en consecuencia. El problema, quizá, es que en su formación hay tantas voces discordantes que el temor a no agradar a la mayoría pesa más que la sensación de hacer lo correcto, lo ético y lo necesario. Opciones y caminos que, para más guasa, no siempre llevan a la misma posada. Nadie dijo que la política fuese fácil.

Ante este dilema, con la espada de Damocles de las variopintas posibles imputaciones que sobrevuelan por nuestra ciudad y con la firma de los requisitos de C´s, no sólo deberíamos preocuparnos por ver quién será alcalde de Cuenca, sino también por cuánto tiempo.

José Luis González Geraldo

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