Hoy está teniendo lugar la segunda jornada de la visita institucional que la Embajadora de Rumanía, María Ligor está realizando a Tarancón para conocer cómo se desarrolla la vida de la comunidad rumana en este punto geográfico de España, invitada por el Ayuntamiento y la Asociación Hispano Rumana de la Provincia de Cuenca. El ámbito educativo es un termómetro muy significativo para medir el nivel de integración de una sociedad, una cuestión que en Tarancón está plenamente superada, a juicio de Ligor. Y es que el balance de estos dos días de reuniones y visitas, añade la Embajadora, es altamente positivo. “Las impresiones son muy positivas, diría excelentes. Hemos estado no solo en un ambiente institucional, hemos tenido varias reuniones con empresarios, otra más aplicada con los servicios del Ayuntamiento. Hemos visto como se colabora, qué se puede hacer para seguir colaborando y mejorando la cooperación”.
Uno de los actos más importantes del programa de hoy ha sido la visita al Colegio Melchor Cano, en el que el Alcalde y la Embajadora se han reunido, junto a la presidenta de la Asociación Hispano Rumana de Cuenca, con los directores de los cinco centros educativos de la ciudad (los cuatro colegios de Primaria y el Instituto de Enseñanza Secundaria). Los alumnos rumanos “Se integran bien, tienen facilidad para hablar el idioma después de un tiempo. En general, trabajan bien, son disciplinados, respetando a los profesores, que siempre es muy importante.
Quizás se debe esta actitud a que entre los rumanos la educación es un valor importante”, contaba María Ligor. El director del Melchor Cano ha coincidido con la Embajadora en esta idea, asegura que “Los niños se integran con normalidad al sistema educativo español, no presentan más dificultades que cualquier otro alumno de la ciudad. Estamos muy contentos y satisfechos con su trabajo y rendimiento, así como con la colaboración por parte de las familias. En cuanto a disciplina, es una materia en la que destacan”.
En España hay 120.000 niños rumanos en edad escolar, en concreto asisten al Melchor Cano un total de 56, que representan aproximadamente un 50% del total de su alumnado, explicaba Inocente Cantarero. En el centro, señala su director, no se desarrolla ninguna línea educativa especial de integración al margen del curso Lengua, Cultura y Civilización Rumana, proyecto puesto en marcha por la Embajada de Rumanía en España. A través del mismo, además de aprender su lengua de origen, los niños rumanos también rememoran sus costumbres.
Según las estadísticas de la Asociación Hispano Rumana de la Provincia de Cuenca, en Tarancón viven 1.800 personas de Rumanía, “Y en los alrededores de Tarancón son 4.000”, dice la Presidenta del colectivo. “Hay 270 alumnos escolarizados en el municipio repartidos entre los cuatro colegios”, los de mayor presencia de rumanos son el Melchor Cano y el de Nuestra Señora de la Merced, cuenta Vartic. “El primer objetivo de esta visita es que tenemos que tomar el pulso de la comunidad rumana en esta época difícil. Hemos visto que los rumanos están bien integrados, no se puede hablar de extranjeros, esta palabra y la de “inmigrantes” en Tarancón ya la hemos eliminado de nuestro vocabulario”, continua contando. Vartic ha significado que en esta ciudad se han sentido bien acogidos y han encontrado una mano tendida para trabajar en común, “Venimos desde el primer momento colaborando con las instituciones”.
El Ayuntamiento de Tarancón ha propuesto a la Embajada llevar a cabo un hermanamiento con alguna “Ciudad de origen de la mayoría de los rumanos que se encuentran aquí. Seguramente sería la región de Transilvania, que es bastante grande”, constataba Ligor. La ciudad aún no está determinada, ya que se está estudiando que tenga la mayor cantidad posible de similitudes con Tarancón.
La Embajadora, el Alcalde y la Presidenta de la Asociación Hispano Rumana de la Provincia de Cuenca han estado visitando hoy también dos de las empresas más importantes de Tarancón, Incarlopsa y Finca La Estacada, que en sus plantillas incorporan un número importante de trabajadores rumanos.
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