Por precaución y ante la proximidad de las llamas, 270 personas de Chequilla y Alcoroches tuvieron que ser desalojadas de sus casas hasta la madrugada del jueves, cuando se les dio aviso de que podían regresar.
En las labores de extinción participan 12 medios aéreos, 65 terrestres, 18 de dirección y coordinación, 4 de logística y 365 personas entre miembros del Servicio de Extinción de Incendios de CLM y la Unidad Militar de Emergencias.
También se han movilizado recursos sanitarios, Guardia Civil, bomberos del Consorcio Provincial(de los parques de Molina y Sigüenza), agentes forestales y voluntarios de Protección Civil.
Por el momento se desconocen las causas del incendio aunque las altas temperaturas, el viento y la sequedad del campo han favorecido la rápida propagación del mismo. También el recorte presupuestario de 28 millones de euros en la limpieza de montes ejecutado por el Gobierno de Castilla-La Mancha, que preside María Dolores de Cospedal.
Así lo anunció en mayo María Luisa Soriano, Consejera de Agricultura, quien aseguró que “hemos priorizado los dispositivos necesarios en la temporada alta de incendios frente a las tareas de invierno de limpieza de montes, porque entendemos que es la decisión más adecuada ante la situación que nos encontramos”.
Nunca es razonable reducir la inversión en limpieza de montes y menos aún cuando las previsiones apuntan a un verano especialmente seco y cálido como está siendo el de 2012.
En declaraciones a RNE, Timoteo Madrid, alcalde de Peralejos de las Truchas, ha lamentado que se dediquen más esfuerzos a apagar incendios que a prevenirlos porque “los incendios se apagan en invierno”.
En el verano de 2009 las localidades conquenses de Poyatos y Uña se vieron afectadas por dos virulentos incendios que sumaron 4.000 hectáreas de terreno quemado. En el caso de Poyatos, el fuego permaneció activo durante 13 días y arrasó 1.870 hectáreas de alto valor ecológico. Sorprende que el incendio en Chequilla, en el Alto Tajo, haya igualado esta cifra en tan solo 12 horas de actividad.
En lo que va de año han ardido en toda España alrededor de 100.000 hectáreas, más del doble que en el mismo periodo de 2011. Solo en Valencia, el fuego y la incompetencia del ser humano acabaron con 50.000 hectáreas en la peor catástrofe ecológica de la última década, cuyas causas apuntan a una negligencia de la que todavía nadie se ha responsabilizado. Y también la Generalitat de Alberto Fabra redujo un 14% las partidas destinadas a la prevención de incendios forestales.
Como suele decirse, cuando hayas cortado el último árbol, contaminado el último río y pescado el último pez, te darás cuenta de que el dinero no se puede comer.
Gabriel Arias
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